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Channel: El cuaderno de recetas
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G Y O Z A S

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 Esta receta ha sido un descubrimiento para mí, además de un reto en toda regla.
Las Gyozas son unas empanadillas de origen chino, pero que se han popularizado gracias a la cocina japonesa. Se pueden cocinar de seis formas diferentes. Como las mías las hice primero a la plancha sólo por un lado y después se terminaron de hacer tapadas con el vapor del agua que les añadí, se llaman Yaki Gyoza. 
Hace tiempo que les tenía echado el ojo, y la que por fin me animó a hacerlas fue mi hija. Ella las toma de vez en cuando en un Restaurante Koreano. Y la involucré hasta el punto que es la primera receta que hacemos juntas desde que tengo el blog.
            

 Reconozco que mi ignorancia en la cocina oriental y asiática es amplia y no me gustan algunos de sus iconos, como el Sushi. No es cuestión de convencerme, ese plato gusta o no;
no hay término medio. 
El único pescado crudo del que no me canso nunca, son los Boquerones en Vinagre, que hasta para desayunar soy capaz de que caiga alguno.
Las obleas las compré hechas, venían en un paquete de cuarenta, aunque nos sobraron, porque con esta cantidad de relleno tuvimos para veintiocho. Igual te parecen muchas, pero lo cierto es que te pones a comer y oye, que no te das cuentas porque están bien ricas. Aunque yo con esto de los palillos soy torponcia, y tardo más. 
Mi hija se ríe de verme comer con ellos, creo que para la próxima me haré con unos infantiles, que llevan un muellecito y así no fallaré tanto.
                                                          
                          

             

La característica forma de estas empanadillas me tenía obsesionada, así que empecé a ver vídeos una y otra vez. Mi ideapreconcebida de que el cierre me costaría mucho trabajo, era lo que me frenaba a la hora de hacerlas. Pero no es para tanto, en cuanto llevas dos, le coges enseguida el ritmo. Y mi hija, que nunca ha tocado una masa, fue explicarle cómo tenía que hacerlo y oye, parecía que había estado toda la vida formándolas. Así que en realidad las hizo ella casi todas, y yo me dediqué a las fotos.
Para la próxima hago también la masa, que tengo localizada esta receta de mi amiga Inma, que es una máquina, y le quedaron estupendas.

         
- Picamos la col en juliana y después en trozos más pequeños.
- Le añadimos una cucharadita de sal y movemos bien. La dejamos en reposo mientras preparamos el resto de los ingredientes.
- Antes de añadirla al relleno, cogemos pequeñas porciones y las apretamos bien entre las manos. Te asombrarás de todo el líquido que elimina.
Cortamos la col en juliana y la picamos muy fina. La colocamos en un bol con un poquito de sal y mezclamos para quitarle un poquito de agua. - See more at: http://www.cocinajaponesa.tv/recetas-japonesas-como-preparar-gyoza-taka-sasaki/#sthash.vcXnyAiN.dpuf
Cortamos la col en juliana y la picamos muy fina. La colocamos en un bol con un poquito de sal y mezclamos para quitarle un poquito de agua. - See more at: http://www.cocinajaponesa.tv/recetas-japonesas-como-preparar-gyoza-taka-sasaki/#sthash.vcXnyAiN.dpuf
  
- En un cuenco, mezclamos la carne con todos los ingredientes.
- Tapamos y dejamos un buen rato en el frigo para integrar sabores.

- Para rellenar las gyozas, te dejo un gif animado, se entenderá mejor.
- Cogemos una masa de gyoza sobre la palma de la mano; rellenamos con una porción de relleno; con el dedo mojamos el borde; cerramos a la mitad y hacemos los pliegues característicos; doblamos las puntas para darle la forma de media luna y dejamos sobre la bandeja enharinada.
- Vuelta a empezar, hasta que terminemos.
Son las manos de mi hija, mientras las iba formando.
¡¡¡ Una artista la tía !!!
            
- En una bandeja, ponemos un poco de Maizena y vamos colocando todas las gyozas mientras las formamos. Así evitamos que se peguen al fondo.
 
- En una sartén ponemos un poco de aceite de sésamo. Vamos colocando las empanadillas y cuando veamos que la base está tostada, agregamos agua fría hasta que las cubra por la mitad. Las tapamos y dejamos que el agua se consuma.
 - Tardarán unos siete minutos en estar listas.
  
Calentamos un poquito de aceite de sésamo, y colocamos las piezas de gyoza en la sartén. Cuando la parte de abajo empieza a tostarse, añadimos agua fría cubriendo la mitad del gyoza, y cocinamos tapado hasta que se evapora el agua. - See more at: http://www.cocinajaponesa.tv/recetas-japonesas-como-preparar-gyoza-taka-sasaki/#sthash.vcXnyAiN.dpuf
Y en cuanto las saques de la sartén, ve colocándolas en la bandeja de servir porque hay que comerlas calientes. Como soy novata en estas lindes, no dejé la parte tostada para que se viese, por lo visto es así la forma correcta de servirlas. 
Ya no se me olvida,


Y listas, las vamos mojando en nuestra salsa de soja, mezclada con vinagre de arroz y a disfrutar.
Nos vemos en  unos días, hasta entonces, se feliz.


**Fuente: Recetas japonesas.

K É F I R . . . de leche

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El Kéfir es una bebida cremosa.
Procedente del Caúcaso, se ha ido extendiendo por el Mundo a lo largo de los Siglos. Hay diferentes clases de Kéfir, el de leche es el más conocido. El Kéfir de agua, cuenta con las mismas propiedades y para las personas que no toman lácteos, es perfecto.
Hoy voy a hablarte del Kéfir de Leche. Una leche que está fermentada gracias a una reacción combinada de bacterias y hongos principalmente.
Aunque también utilizo Kéfir de Agua, lo dejaré para una próxima entrada.

 

Creo que casi todo el mundo ha oído hablar del Kéfir, y hasta puede que lo tengas en casa y lo consumas habitualmente. No es difícil mantenerlo, pero hay que tener constancia, porque todos los días hay que cambiarlo y colarlo. Pero si te atienes a su rutina, puedes disfrutar al hacer esos pasos y no tardas más de cinco minutos.
 Yo estoy en esa fase pues me gusta tomarlo y verlo crecer, dentro de unos meses ya te contaré.
No es la primera vez que lo tengo. Hace unos años lo congelé para irme de vacaciones y nunca más fui capaz de reanimarlo.
Su peculiar forma, igual te recuerde a una coliflor, yo lo comparo con un Coral Blanco. Sea como sea, me parece mágico tenerlo entre los dedos cuando lo lavo, y saber que es algo que está vivo.
Ahora, he vuelto a conseguirlo y ha costado su tiempo, la verdad, por eso lo valoro más.


Me gustaría recalcar que el Kéfir NOse compra ni se vende. Es un acto de solidaridad, una cadena que no se ha roto desde hace siglos, donde el mano a mano sigue funcionando. Es un regalo entre conocidos, familia, amigos y desconocidos también. Y en los tiempos que corren, este tipo de acciones altruistas, son más llamativas si caben.
El Kéfir de agua, lo recibí hace unas semanas desde un Herbolario. Tan solo tuve que franquear un sobre. Una gran labor que Mary Pepa lleva años realizando de forma desinteresada y desde aquí me gustaría agradecerle.



Al principio, el Kéfir se hacía fermentando leche de camello, después de yegua, posteriormente de cabra y terminó adaptándose a la leche de vaca. En algunos supermercados podemos encontrar productos con kéfir, pero hacerlo en casa es mucho más económico y además cuentas con la ventaja de adaptarlo a nuestras necesidades o gusto: más o menos ácido, dependiendo del tiempo que lo dejemos kefirar.
A mí me parece perfecto tras 24 horas, pero habrá quien lo prefiera más ácido y lo deja hasta 36 horas kefirando.


Aunque parezca Yogur, la fermentación es diferente.
El Yogur fermenta la leche por una reacción láctica, es decir que transforma la lactosa en ácido láctico.
En cambio el Kéfir, transforma la lactosa en ácido láctico y además produce anhídrido carbónico y alcohol. Pero tranquila que la proporción de  éste último, es inferior al 1% y la puede tomar todo el mundo.
Se le atribuye grandes propiedades, destacando entre ellas, la regeneración de la flora intestinal y se aconseja tomarlo especialmente después de haber llevado a cabo un tratamiento con antibióticos.
El Kéfir es un alimento probiótico. Esto quiere decir, que una vez ingerido, los microorganismos vivos siguen activos y actuando en nuestro organismo. Y si consumimos una cantidad suficiente, conseguiremos notar sus beneficiosos efectos.
Por supuesto, no quiero convencerte de nada " pero si eres cosumidora habitual de esos productos lácteos que tanto anuncian a bombo y platillo { y cuya marca no pienso nombrar, pero que ya fue multada con 21 millones de $ por publicidad engañosa } y a los cuales atribuyen propiedades, exagerando sus beneficios como ayudante de las defensas y regulador del tránsito lento. . .  me gustaría que te planteases utilizar el Kéfir ".
Mucho más natural, económico y satisfactorio.
Ya sabemos que los alimentos, cuanto menos estén procesados, mejor.
No quiero enrollarme más, porque sería eterna la entrada. De todas formas, en internet puedes encontrar más información si estás interesada, aunque basicamente he resumido lo que me parece más destacable.

  

  

- Ponemos una cucharada sopera de Nódulos de Kéfir en un vaso. Mejor de cristal o plástico.
- Añadimos leche, sin llenarlo del todo, pues el Kéfir produce gas y necesita espacio.


-  Lo tapamos y llevamos a un armario de la cocina, oscuro. Tienen que estar a temperatura ambiente.
 - 24 horas después, éste es el aspecto de la leche kefirada. Todavía no se puede tomar, hay que colarla y consumirla sin los nódulos.
 

- Sobre un colador de plástico, volcamos la leche kefirada.


- Se puede apreciar lo espesa que es. La textura es similar a un Yogur Bebido.
- Nos ayudamos de una cuchara de plástico o madera, para que pase la leche y quedarnos solamente con los nódulos en el colador.


- Una vez colado, ya tenemos la leche lista para tomar.

                                          
                               


- En un cuenco amplio con agua mineral, introducimos el colador plástico con los nódulos de leche.
- Están pegajosos, pues han estado una semana sin lavarse, sólo produciendo leche kefirada.
- Cambiamos el agua dos o tres veces, hasta que veamos que los nódulos están limpios.


 - Mira qué diferencia de textura, ahora están limpios. Si hubiera alguno que ha cambiado de color o extremadamente grande {hasta del tamaño de una moneda he tenido} lo eliminamos, pues no sirve ni guarda sus propiedades.


 Para tomarlo recién colado, lo endulzas y lo puedes beber tal cual. O por ejemplo, le puedes añadir cereales, semillas y fruta.
A mí así me encanta para una merienda o media mañana. 
Te aseguro que es una delicia.
    
                                                                  
                     

- Los utensilios para manipular el kéfir no deben ser metálicos. Los mejores, de plástico, pero nunca de aluminio.
- Se calcula una cucharada sopera de nódulos de kéfir por cada vaso de leche. O lo que es lo mismo, cuatro cucharadas soperas de nódulos para un litro de leche.
- Es mejor no utilizar miel para endulzar porque al tener propiedades antibacterianas por si misma, puede contrarrestar los beneficios del Kéfir.
- Se le atribuye una acción laxante si lo cambias a las 24 horas, y por el contrario, astringente, si es de más tiempo.
- El lavado de los nódulos es indicativo, yo me organizo para hacerlo siempre los Domingos por la noche, y repetirlo a la semana siguiente. Y así me va bien. Hay quien lo hace una vez cada dos semanas y quien acorta los plazos. No hay una regla fija.
- Puedes utilizar cualquier leche, he probado con distintas marcas y todas me han dado buenos resultados.
- Si no lo vas a consumir en el momento, llévalo cerrado al frigo, pero gástalo como máximo en los tres días siguientes. Procuro ir produciendo la cantidad que necesito a diario {unos 750 grs}, así no tengo excedente, ni me apuro con la cantidad. Ya irás viendo tus necesidades y cogerás el ritmo.
- Como verás, tus nódulos irán creciendo al pasar los días. Te aconsejo que lo repartas entre la familia y amigos que estén interesados. También puedes secarlos o congelarlos y llevarlos a tu Herbolario para que lo regalen.
- Si no vas a utilizarlo en tres o cuatro días, lava los nódulos y déjalos dentro de un bote en el frigo, cubiertos de agua y azúcar. De esta forma quedarán "adormecido" por la acción del frío. Para activarlos de nuevo, hacemos los pasos habituales.
- Si es tiempo de vacaciones, te vas a ausentar por un periodo más largo o simplemente te apetece hacer un descanso de Kéfir, te aconsejo que los congeles. Para reactivarlo, los vuelves a meter en leche, cambiándola cada 24 horas, pero no la tomes hasta la tercera vez que hayas hecho el cambio. De esa forma nos aseguramos que están en perfecto estado y guarda todas sus propiedades.
                             
                                   
Eso es todo por hoy, espero no haberte aburrido, la entrada ha sido un poco larga.
Nos vemos en  unos días, hasta entonces se feliz, o al menos inténtalo.

Arroz al Horno con Coliflor y Chocos

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Hay platos que tengo muchísimas ganas de probar, y como sé que a la familia no les va a gustar, voy dejando la ocasión de hacerlos.
Me envalentono, reúno los ingredientes, y después pienso que para qué me voy a tomar la molestia y pasar el mal rato de ver cómo arrugan el bigote . . .  y enseguida cambio de opinión decidiéndome por otra preparación.
Pero este verano, he resuelto que aun siendo para mí sola, voy a probar, cocinar y repetir todos las recetas que en casa no quieren ni ver; y que a mí la curiosidad y el paladar me están llamando a gritos. Y éste particularmente, lo vi hace tiempo en una recopilación de arroces valencianos.

Y para muestra un botón, y para ejemplo éste arroz.


Antes de empezar a ver el paso a paso {que no tiene nada del otro mundo} me gustaría convencerte para que la próxima vez que decidas hacer un arroz en casa, utilices ésta técnica para cocinarlo. De verdad, te vas a sorprender cuando veas lo fácil que es, y el punto perfecto del grano cuando lo cocinas en el horno. A mí me tiene loca, y desde entonces en casa no queda nunca ni rastro en la cazuela cuando lo hago con verduras y carne.


- Corta la coliflor en ramilletes, si tienen alguna parte negra, la eliminas.
- El choco, lo partes en tiras.
 - Trocea la cebolla y el pimiento para hacer el refrito.

- Ralla los tomates, mejor por la parte más grande del rallador.

 - En una sartén pones el aceite a calentar.
 - Añade la cebolla y deja unos minutos a fuego medio.

  - Añade el pimiento y cuando la cebolla empiece a estar transparente, añade las tiras de choco.

 - Incorpora la hoja de laurel y el perejil fresco.

 - Cuando el choco, esté blanco, añade el tomate rallado.
 - Deja que el sofrito se vaya haciendo a fuego medio, moviendo de vez en cuando.

 - Cuando veas que el tomate ha reducido el agua y el sofrito está listo, añade los ramilletes de coliflor.
 - Añade también el arroz.

 - Mueve todo el conjunto y vuelca la preparación en el caldero que va a ir al horno, en este caso de barro, pero puede ser de otro material. Recuerda que no tenga partes plásticas.
 - Añade el pimentón.
 - Precalienta el horno a 180º.

- Añade el azafrán o la cúrcuma.
- El fumet lo tendremos hirviendo, lo añadimos al arroz.

 - Movemos para igualar los ingredientes y llevamos al horno durante 45 minutos.
 - Prueba el caldo para ver si tienes que añadir sal. El mío era de gambas y estaba perfecto.

 - Pasado ese tiempo, sacamos del horno y tapamos con papel plateado, dejamos reposar 15 minutos.

  Ya lo tenemos listo para servir. Quedó perfecto.
Por supuesto, su buen chorretón de limón, que no falte.

Como sobró la mitad de la fuente, lo dejé en la encimera. Mi hijo mayor, que es un coñazo melindroso, cuando llegó por la noche, mientras se hacía su cena, fue comiéndose el arroz. Al pasar por el salón, me dijo: Oye, el arroz que había en la cocina, estaba BUENÍSIMO. 
En vez de contarle la lista de ingredientes, le contesté: Me alegro.
Haber quien los entiende . . . en fin.
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Espero que seas feliz o al menos, lo intentes.

- Te dejo el enlace con el otro Arroz al Horno que tengo en el blog.
- Te dejo la receta del gazpacho que me bebí bien frío, mientras disfrutaba de este rico plato.

Queso Crema de Kéfir

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¿Te gusta el queso de untar?

Pues éste es casero y de KÉFIR. No sabes cómo estoy disfrutando, porque estas recetas las preparaba hace un lustro, y al dejar de tener kéfir, perdí la costumbre. Ha sido como volver a montar en bicicleta, la sensación de saber hacer algo, aunque haga mucho tiempo que no lo practicaba.
Ahora en casa parece que no pueden vivir sin él. Y tengo que esconder una pequeña cantidad para tener algo para mi desayuno o no llego ni a probarlo. Si es que después dicen de mí, pero cuando a mis hijos les da por algo, son cansinos hasta decir basta.


Dependiendo del tiempo que lo dejes filtrando, resulta más o menos espeso. Lo suelo hacer por la noche, así está drenando todo ese tiempo y por la mañana está listo para el desayuno.
Más abajo, te explico cómo lo aliño.
Claro que si lo voy a tomar con mermelada, o dulce de manzana; o utilizarlo para hacer algún postre, lo único que añado es sal marina. No me preguntes cómo, pero así he comprobado que el sabor ácido del queso se neutraliza, con lo que queda estupendo para utilizarlo en repostería.



 
      
                                     
 

- En un cuenco tendremos laleche kefirada, la mía está recién colada.
- El colador de tela, lo pondremos dentro de un recipiente profundo de plástico o cristal.


 - Volcamos la leche kefirada en el colador.


- Veremos que al momento empieza a drenar el suero. Aunque lo hará poco a poco y por eso tardará en terminar el proceso.


 - Transcurridas unas horas {lo dejo toda la noche} el queso quedará en el colador y el suero se habrá separado, quedando en el fondo del recipiente.


- Tan solo hay que recoger el queso y pasarlo a un recipiente de cristal o plástico y listo para untar. Más abajo, te enseño cómo lo  "aliño".
- El suero lo puedes utilizar para hacer el pan, yo no lo aprovecho, la verdad.
- Tienes que calcular que de la cantidad de kéfir que utilices, más de la mitad se quedará en suero, el resto será queso. Lo pesé, y de 775 grs de leche kefirada, obtuve 340 grs de queso.

Por supuesto admite infinidad de posiblidades, según gustos.


-  A 250 grs de Queso, le añado: 1 lata de atún, 1/4 cta. de pimienta negra molida, 1/4 cta. de ajo en polvo, 1/4 cta. de sal marina y 1 Cda. de aceite de oliva virgen extra. Muevo para ver que todo está bien integrado. {las cantidades son orientativas}
Antes de comer las tostadas, las espolvoreo con un poco de pimentón.
Ya está listo.

          
  Ahora tan solo hay que untarlo en las tostadas, crudités o picos y a disfrutar de un rico desayuno, picoteo . . . la ocasión, la eliges tú.

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, sé feliz o al menos, inténtalo.

Ajoblanco

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Hasta los siete años   ¡¡¡ qué malos fuimos para comer !!!
Recuerdo cómo la tía Isa, iba detrás de nosotros, con pequeños trozos de pan untados en mantequilla y mermelada para ver si merendábamos. O como sentada entre mi hermano y yo, se quedaba en la mesa hasta el final; por si comíamos un poco más.
Con esa infinita paciencia, algunas veces conseguía su objetivo; otras en cambio, era imposible convencernos para abrir la boca.
Así que en una revisión, la Pediatra de la familia, recomendó a mi madre para el Verano un cambio de aires. Y a ser posible, rodeados de Naturaleza.
Poco tardó en seguir las instrucciones, descolgar el teléfono y hablar con una de sus hermanas, mi tía Tirsa {una de las mujeres más buenas que han formado parte de mi vida} que en aquellos momentos vivía en la Sierra de Jaén, y organizar nuestras vacaciones.
Allí, entre buen pan, mejor agua, un riachuelo que cruzaba el pueblo, saltos y carreras con otros niños, baños en la piscina, mucho juego . . . y la rica comida de mi tía, consiguieron su objetivo.


Uno de los platos que recuerdo, era el Ajoblanco que preparaba mi tía. La imagen se repetía algunas mañanas: cogía los ingredientes, un cuenco bien grande de barro blanco y se sentaba en el patio, junto al enorme jazmín. Comenzaba a machacar todo poco a poco, a girar el cuenco y a golpe de mazo, quedaba una masa espesa, que por último aligeraba con el agua.
Creo que todavía huelo aquél aceite.
Y yo, sentada frente a ella, disfrutaba de esa costumbre tan sencilla, y de mi tía Tirsa, que entre golpe y golpe iba contándome historias.
Y tras ese Verano, siguieron otros, ya sin prescripción médica. Sólo por lo bien que lo pasábamos.


Lo hacía por la mañana, para que a la hora de la comida estuviera bien fresco y lo tomábamos con uvas, trozos de pan y melón. Ahora de guarnición, me gusta mucho añadirle pequeños trozos de manzana ácida, tipo Granny Smith.
Nos convencía día a día para comer cosas que no habíamos probado, y nos prometía un helado mantecado cuando pasase el heladero por la puerta con su carrito, que solía ser por la tarde; después de la dichosa siesta. Todos los niños de la calle, acudíamos como abejas a la miel.
Y los fines de semana, nos llevaba al mercado a comprar churros, los mejores del mundo. Que nos lo daban en un junco anudado y los llevábamos hasta casa como si fuesen un tesoro para mojarlos en el Colacao.
Y vaya si comíamos. Ni mi madre dio crédito cuando fue a buscarnos.



El Ajoblanco es una sopa fría, típica de algunas partes de Andalucía {Jaén, Córdoba, Málaga y Granada}. En Almería, consiste en una crema para untar que está buenísima y es adictiva.
En Extremadura, también se toma Ajoblanco, pero los ingredientes son diferentes.
Me apunta mi madre, que mi abuela se lo hacía a uno de mis tíos con harina de habas, pues era alérgico a las almendras y que así también está riquísimo.
El origen de este plato, parece ser griego y posteriormente romano. Y como suele ocurrir en la mayoría de estas sopas frías, su inicio sin lugar a dudas, debió ser bastante humilde.
Por supuesto he elegido la versión moderna, es decir, batidora y listo. No puede ser más sencillo y rápido de hacer, y como en todas las recetas tradicionales, la proporción de los ingredientes,
va en gustos.
¿Te voy preparando un plato?



- Pondremos el pan en un cuenco amplio.
- Le añadimos el litro de agua.
- Agregamos el vinagre, y la sal marina.
- Reservamos.
- Mientras, vamos a pelar las almendras. Las ponemos en un recipiente hondo cubiertas de agua y las llevamos dos minutos al microondas.
- Escurrimos el agua.
- Ya podemos pelarlas. Con una simple presión en la piel, se desprenderá facilmente.
- En el vaso de la batidora, añadimos el pan remojado y el agua que no haya absorbido también.
- Incluimos el diente de ajo.
- Agregamos las almendras y empezamos a batir.
- Cuando vemos que está hecho puré, añadimos el aceite en forma de hilo. Para que emulsione bien.
- Probamos para ver si hay que rectificar y añadir más agua, sal o vinagre y llevamos al frigo para servirlo bien frío. Yo tuve que añadir medio vaso más de agua, estaba demasiado espeso.
- Para acompañar, cada uno lo que prefiera: melón, uvas, manzana . . . al gusto.

Espero que si no lo has probado nunca, te animes. Tiene un sabor delicioso y este verano, con las temperaturas que estamos teniendo, lo cierto es que los platos fríos es lo único que apetece.

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.
 

Tarta Mousse de Queso Kéfir {Con Azúcar de Abedul}

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Hoy te enseño la última receta que he hecho con el Queso de Kéfir.

 Y te dejo descansar un rato de la Saga del Kéfir { leche, queso } que a este paso en mi blog va a tener más capítulos que una novela llorona de la tele.
Esta tarta la hago en casa, no en tantas ocasiones como algunos quisieran, con queso crema. Así que esta vez lo único que he hecho ha sido sustituirlo por el queso de kéfir. Para mí ha quedado perfecta en textura y dulzor. Reconozco que a los sabores extremadamente empalagosos no soy capaz de dar más de dos bocados seguidos, aunque soy golosa, eso que nadie lo dude.
 Si no es tu caso, añade un poco más de azúcar de abedul, y te resultará exquisita.


Como todavía andamos en Verano, para mal de algunas y alegría de otras, hoy no encenderemos el horno. Tan sólo habrá que batir y mezclar; y en pocos minutos la tendremos preparada. Claro que no todo pueden ser ventajas, porque tendrás que esperar un día para comerla.
Así obtenemos la consistencia deseada y los sabores se armonizarán.
Pero la recompensa merece la pena . . . te lo puedo asegurar.
                           

        
      

                                      

- Pondremos la leche en un vaso y la templamos en el microondas.
- Mezclamos la gelatina neutra con la piel de los limones pulverizada y 10 grs de Azúcar de Abedul.
- Mezclamos bien hasta disolver y reservamos.


- En un cuenco añadimos las 2 claras con los 50 grs restantes del Azúcar de Abedul, batimos hasta que las claras estén montadas y bien firmes. Reservamos.


- Añadimos el yogur, y con una cuchara de abajo a arriba, mezclamos despacio para que las claras no pierdan volumen.
- Añadimos el Queso de Kéfir en dos o tres veces y lo integramos igualmente despacio, con movimientos de arriba a abajo.


- Cuando lo tenemos todo bien integrado, le añadimos el preparado de la gelatina y mezclamos.


- Agregamos por último las grosellas y de nuevo, mezclamos con todo lo anterior.


- Pondremos papel de horno en el fondo del molde desmontable y a continuación una capa de galletas sin azúcar, intentando cubrir los huecos, aunque haya que trocear algunas {las mías eran de la marca Gullón Sin Azúcar, te lo digo a nivel informativo porque las hay muy ricas}.
- Sobre la capa de galletas, volcamos la mitad de la mezcla.
 

- De nuevo colocamos otra capa de galletas, y terminamos de volcar el resto del preparado.


- Damos un golpe seco sobre la mesa para que se alise la superficie y llevamos tapada al frigo, hasta el día siguiente.
- Cuando la vayas a desmoldar, pasa un cuchillo alrededor para sacarla sin trabajo.


Y bueno, ya solo tenemos que ponernos una porción en el plato y disfrutar de esta rica Tarta.
¿Te voy cortando un buen trozo?
       Esta tarta va por tí  Silvia, dentro de poco podrás disfrutar del kéfir y hacer una tarta tan rica como la que ves . . . si te gusta claro.


- Si utilizas Azúcar Blanca, añade los mismos gramos que indico en la receta del Azúcar de Abedul.
- Si eres más golosa que yo, llega hasta los 100 o 125 grs de Azúcar.
- Verás que no lleva mantequilla mezclada con las galletas, en realidad ese es el motivo de esperar un día en comerla, pues la galleta irá impregnándose y ablandando con la mezcla, de esa forma no hace falta añadir más calorias utilizando mantequilla.
- Si utilizas la gelatina en hojas, tendrás que hidratarlas bien y después disolverlas en la leche caliente.
- Si eres vegetariano, sustituye la gelatina por agar agar, obteniendo los mismos resultados.
- Las frambuesas las puedes sustituir por cualquiera de las frutas rojas que más te guste, o un popurrí de todas. Las mías eran congeladas, te recomiendo que las añadas congeladas, de esa forma no mancharán la crema.
- Si tienes reparo en utilizar huevos crudos, compra las claras pasteurizadas, ya las suelen tener en muchos supermercados.
- El molde utilizado es de 18 cms. me gusta que la tarta quede bien alta. Si quieres una tarta más plana, utiliza un molde más grande y pon doble capa de galletas en la base. Pero te aseguro que las galletas a media altura, quedan deliciosas y hacen el corte especial.



Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.

Medallones De Solomillo de Cerdo

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Voy a despedir el mes de Agosto con un rico Solomillo de Cerdo.
Dentro de unos días tengo una celebración en casa. Y como quiero que cuando llegue el turno de la carne, dejen los platos bien limpios y rebañados, prepararé unos Medallones de Solomillo como éstos.
El solomillo es una pieza especial, sabor suave, carne jugosa y ternura extraordinaria. Se presta a innumerables preparaciones y combina bien con salsas. Aunque el precio suele ser un poco más subidito que otras partes, juego con la ventaja de que una vez en el plato no empiezan a quitar "trocitos blancos" o  "dejo ésto porque tiene otro color" que yo conozco a mis hijos y son de un tiquis miquis que no te puedes imaginar.
Al final, salgo hasta ganando, porque aquí no hay nada que dejar aparte.



 Además, otra ventaja que tiene esta receta, es que puedes dejarlo todo a medio hacer, y ultimarlo antes de presentarlo a la mesa. Ya sabemos, que en cuanto salimos de la rutina, nos adentramos en platos especiales y tenemos más comensales, si podemos hacer platos ricos pero fáciles, siempre se agradece.

 Y ahora, vamos al lío.

NECESITAREMOS
 

CÓMO LO HAREMOS

* Lo primero, será eliminar los huesecitos que algunas veces trae el beicon.
* Partimos el solomillo en filetes gruesos (como dos dedos de ancho) y rodeamos cada medallón con una loncha de beicon, sugetamos bien con palillos de madera.
* Espolvoreamos con pimienta molida.
* Pondremos un poco de aceite de oliva en una sartén y cuando esté caliente, vamos dejando la carne.
* Una vez ha cogido color por una cara, le damos la vuelta, y cuando ambas estén doradas, tapamos y dejamos a fuego bajo, hasta que esté hecha, tardará unos diez minutos.
* Reservamos.


* Preparamos mientras, las papas de guarnición. Están cortadas al estilo Hasselback, pero e proceso de cocinado es diferente.
* Lavamos muy bien, pues la vamos a comer con piel. Atravesamos con un palillo para que al cortarla no lleguemos a separar las rodajas.
* Pondremos un caldero con agua y cuando rompa a hervir, las dejamos hasta que estén casi hechas.
* Antes de servirlas, encendemos la freidora a una temperatura alta y las freímos hasta que estén crujientes. Si lo hacemos en una sartén, os aconsejo que lo hagáis en un cazo, pues es mejor que queden sumergidas, mientras se fríen.


 * Para preparar la salsa, solamente tendremos que mezclar la maizena y la mostaza al vaso de leche, y cuando los champiñones estén rehogados co una cucharad de aceite de oliva, (queda más rica si los champiñones son frescos, pero hoy no encontré) se lo añadimos por encima. En un momento, habrá llegado a espesar y tendrá la textura deseada. Rectificamos de sal.
  * Si os gusta la salsa con un sabor más intenso, se añadirá más mostaza.


 Ahora sólo queda montar el plato.
  En el fondo, pondremos los champiñones con la salsa, los medallones, ya sin el palillo irán encima. Y al lado, nuestra papita de acompañamiento.
Por supuesto, vosotros conoceréis la cantidad de lo que comen en vuestra casa. Con las indicadas en la receta, salen dos platos como el que veis en las fotos.
Habrá que tener en cuenta, que si lo preparamos para una comida especial, donde siempre habrá un picoteo previo, y otros platos principales, además del postre, es una cantidad más que razonable.


  Y eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.  Hasta entonces, sé feliz o al menos, inténtalo.
 

Aliño de Huevas

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Si el otro día despedía el mes de Agosto con una receta de carne, a Septiembre lo recibo con pescado, concretamente con unas Huevas.
Las huevas de pescado se consumen en muchas partes del mundo
Por supuesto, nosotros no íbamos a ser menos, y de Norte a Sur es un plato que tanto en nuestras mesas como en las Cartas de bares y restaurantes suelen estar presentes.
En Asturias es muy común comer las huevas de los oricios, en el Sur de la península no hay bar de tapeo, que no te ofrezcan el Aliño de Huevas o Huevas Aliñás. También se comen secas, fritas y en conservas.
Las que hoy te enseño, no son de un pescado tan popular, se llama Sierra. Desconozco si en otras partes es conocido con distinto nombre. Y no es el mismo que consumen en América del Sur con apariciencia de tiburón, éste es de otra familia.
En casa lo apreciamos mucho ¿qué digo apreciamos? si hacemos fiesta cada vez que llega alguno. 


Son pescados grandotes, con una carne muy delicada, sabrosísima, jugosa; y de sabor mucho más suave que el atún. Éste último pesó unos cuatro kilos y medio, y lo pescó mi hijo {si, el que me da esas alegrías cuando tiene suerte}. Tiene además el detalle de traerlo limpio a casa.
Un lujazo en toda regla, por lo menos para mí.
De todas formas en las pescaderías las huevas, suelen tenerlas frescas o en la sección de congelados del super, no faltan. Habitualmente son de merluza o bacalao. Si no las ha probado nunca te invito a que te animes.
 Ademá, estudios desarrollados por científicos en la Universidad de Almería, han demostrado el potencial nutritivo de las huevas de animales marinos y las destacan como una de las mejores fuentes de Omega 3 de la Naturaleza. Si es que además de ricas, nos cuidan el corazón y los triglicéridos. Son redondas, vaya.
Las que ves más arriba, las pusimos sobre unas tostadas, y con un buen chorretón de limón, estában para cerrar los ojos y suspirar.

 


Te voy a enseñar cómo saqué las huevas del pescado, pero posiblemente tú éste paso no tengas que hacerlo porque las comprarás.
- Abrimos el pescado por la parte de la ventresca. Tiene que ser un corte limpio para no dañar la carne.

- Ponemos un caldero con agua y cuando esté caliente, introducimos las huevas con cuidado. Son frágiles y no queremos romper la tela que las recubre. En caso de que las veas rotas, las envuelves en papel film como si fuese un caramelo y las cueces así.
- El agua no tiene que hervir a borbotones, sino poco a poco.

- Pasados unos quince minutos están listas. Retiramos y dejamos templar. Claro que depende del tamaño, las mías eran bastante grandes y tuvieron suficiente.
- Habrán cambiado de color y reducido de tamaño, pues se compactan al cocerlas. 

- Todavía templadas les quitamos la tela protectora y ya podemos cortarlas. Pero si no las vas a utilizar todas o piensas congelar, no se la quites.

- Por otra parte partimos las verduras en trozos muy pequeños: pimiento verde, tomate y cebolla. Mezclamos bien y le añadimos las huevas.
- Aliñamos con un buen aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal marina y llevamos un rato al frigo para tomarlo bien fresco.

Hoy no me dirás que no ha sido un plato sencillo ¿eh?
Hasta te podría decir que tiene sabor de Verano, porque aunque hayamos vuelto a la rutina, todavía nos quedan comidas en la terraza, muchos días de playa, baños y sol.
¿Te apetece un plato?

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, sé feliz o al menos, inténtalo.


Bolitas de Queso en Aceite & Especias

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      En una de mis anteriores vidas tuve que ser ratona.
      Porque mira que me gusta el queso. Pero gustar, gustar del verbo gustarrrr.
      Siempre que voy al super y estoy en esa sección mirando con detenimiento, mi hija comenta: "¿Te los llevarías todos, verdad? " y sistematicamente respondo con una sonrisa: 
" De punta a cabo, todos para mí ". 
Y es que hay tal variedad de quesos, que es difícil no encontrar alguno que te agrade y se adapte a nuestro gusto. Aunque esto es como todo, hay quien no puede ni olerlos, que haberlas hailas.
     La receta de hoy es super-mega-sencilla. Además que ya habrás comprobado que enamora nada más verla. Está rica hasta donde te puedas imaginar y un poquito más, y nooooo, no tienes que dejarla tanto tiempo como las conservas caseras. En una semana le puedes dar rienda suelta a tu glotonería y dejar el bote vacío si te apetece.
       

      Prepáralas la próxima vez que organices un sarao en casa, y escribe la receta  unas cuantas veces, todos querrán tenerla; te lo puedo asegurar. O también las puedes llevar a alguna reunión familiar, triunfarás de calle, también te lo puedo asegurar.
      Empezaremos haciendo El Queso, no pongas caras raras, que ese paso sólo te llevará diez minutos. Y unas horas después o al día siguiente, refrigerado y con más cuerpo, hacemos las bolas y seguimos el proceso.
     Vale, la versión " no hago el queso ", sería dejar en una gasa o paño de trama fina un kilo de yogur griego durante cuarenta y ocho horas dentro del frigo, y cuando haya eliminado todo el suero, hacer las bolitas. 
Qué ¿ te animas ? empezamos ya.
                                                


 - Queso Fresco Casero
  {o lo puedes sustituir por
  1 kg de Yogur Griego}
- Hierbas y especias a gusto: pimienta negra, tomillo, comino, orégano, laurel, pimentón, guindilla, sal marina.
 - Sésamo Tostado y Semillas de Amapola
- Aceite de Oliva Virgen Extra.



                                
- Una vez hecho el queso, lo refrigeramos hasta el día siguiente para que quede más prieto.
- Empezamos a coger pequeñas porciones, del tamaño de un huevo de codorniz más o menos.

- Para formar las bolas, apretamos unas cuantas veces la porción con la mano para que quede más compactada.
- Redondeamos entre las dos palmas, como cuando hacemos albóndigas.
 
- En un cuenco, colocamos las hierbas y especias que hayamos elegido al gusto, les damos vueltas y veremos que quedan impregnadas.
      

- En un bote, previamente esterilizado, ponemos un poco de aceite de oliva.
- Vamos dejando las bolas de queso con cuidado, que queden bien acomodadas. Sin presionar.
- Cuando ya no quepan más bolas, rellenamos con más aceite hasta que las sobrepase, tienen que quedar cubiertas.
- Antes de cerrar, le añadí dos hojas de laurel y unas cuantas guindillas.
- Sólo queda cerrar el bote y esperar una semana.
     
      Cuando pasó la semana, al sacar las bolas, comprobé que estaban un poco "desplumadas" así que para recubrirlas,hice lo siguiente antes de la presentación.
     Utilicé tres cuencos: En el primero añadí Tomillo y Orégano; en el segundo Semillas de Amapola; y el tercero con Semillas de Sésamo Tostado .
Y para rizar un poco más el rizo y jugar con los colores, también hice Pan Negro. Contrastaba estupendamente con las bolitas que no eran de ese color ¿será por enredar?


    Te dejo unas imágenes de las que hice con Semillas de Amapola para que lo veas claramente. Solamente hay que colocar la bolita dentro y haciendo unos movimientos circulares, se queda totalmente cubierta.
    
 
    

                                        Sobre pan tostado están deliciosas.
También me gusta comerlas, en un sandwich con rodajas finas de tomate.

     Por supuesto, el aceite tiene otra segunda oportunidad.
Sólo tienes que colarlo para aderezar tus ensaladas.
          
 
      Espero que te animes a hacerlas, son bien sencillas y muy resultonas.

               Nos vemos en unos días, hasta entonces sé feliz o al menos, inténtalo.

Espiral de Hojaldre & Espinacas

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Desde que hice el primerBurek hasta ahora, ha llovido algo.
Bueno también ha hecho calor para aburrir, nos han picado los mosquitos, el grillo okupa no deja de chirriar por la noche y han crecido hasta las uvas.
Que siempre se dice lo de la lluvia, sin apuntar ningún dato de otra estación.
 

Y la pasada primavera, para una comida en la terraza, se me ocurrió hacer una empanada con esa forma, por variar un poco de la típica redonda o rectangular.
Oye, además de monísima, quedó tan rica que ya he repetido en varias ocasiones. Sobre todo porque a uno de mis hijos le gusta mucho y para llevarla de comida " de tupper", le resulta muy cómoda.
Por supuesto, puedes elegir el relleno que más guste a los tuyos, pero ten en cuenta que para que el hojaldre quede bien crujiente por todas partes, no debe llevar ningún ingrediente que lo humedezca.
     

No estoy comparando ni sabores, gustos ni texturas. El Bürek desde luego es muchísimo más fino por la masa que lo recubre, como el primo pija diría yo. Pero ésta espiral tiene su gracia, y casi ni te despeinas el día que la horneas. Este finde mismo, la puedes hacer, que todavía queda verano para rato y pocas ganas de enredarnos en la cocina ¿ o no ?
En diez minutos la tienes formada y mientras termina el horneado, empieza a llamar al personal para que vayan lavándose las manos, pongan la mesa, llenen la jarra de agua y corten el pan. 
Termina de aliñar la ensalada y ya templada la espiral, di alzando un poco la voz:

 ¡¡¡¡ A comer !!!!

Hoy si que no te dejan ni las migas, ya verás.

       
           




 -  En un cuenco reunimos las espinacas bien escurridas con el queso de untar { el mío de Kéfir }, Utiliza cualquiera que sea tipo Philadelfia, de marca blanca, el que tengas costumbre.
 - Mezclamos ambos ingredientes.


- Añadimos las pasas, la sal y la pimienta molida.


- Extendemos la masa de hojaldre, la dividimos a lo largo, en tres partes iguales. El hojaldre que más me gusta es de Lidl, pero cada uno a su gusto.
- Repartimos la crema de espinacas en las tres piezas de hojaldre.


- Mojamos ligeramente con agua el borde del hojaldre. lo hice con la misma yema del dedo, para asegurarnos de no mojarlo de más. y cerramos en forma de cilindro.
- La parte del cierre la dejaremos hacia abajo para que no se abra mientras se hornea.


- Forramos una bandeja con papel de horno.
- Comenzamos a colocar los cilindros del centro para afuera, formando círculos. Parece una ensaimada ¿verdad?
 

- Cuando terminemos con uno, seguimos con el siguiente, teniendo cuidado de unir con los dedos los extremos, para que no se separen al hornear.
- La parte final, la introducimos por debajo, así no se notará.
- Pincelamos ligeramente con aceite de girasol.
- Llevamos al horno precalentado a 200º durante veinte minutos.


- A los veinte minutos, sacamos la espiral, la pintamos con huevo y le agregamos las semillas a nuestro gusto. Horneamos cinco minutos más.
- Servimos templada.
             

 - Procura que las espinacas estés bien escurridas antes de hacer el relleno, pues contienen mucha agua y pueden arruinar el hojaldre. Las mías eran de bote y para conseguirlo, las pongo en un colador y presiono fuertemente con un cuenco de menor tamaño.
 - Si tus espinacas son congeladas, las dejas descongelar y las escurres bien antes de hacer la receta.
 -Si te sobra, sólo tienes que encender el horno al máximo, dejar el trozo cinco minutos dentro y volverás a tener un crujiente hojaldre. Pero en casa nos las comemos fría y disfrutamos también, cuando hay buen diente, ya se sabe.

Siento no haberte enseñado la espiral completa, pero cuando llegué a la mesa "mis fieras" habían hecho el primer asalto sin esperar.
             

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, sé feliz o al menos, inténtalo.

Pollo con Limón Encurtido & Aceitunas

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  ¡¡¡ Cómo pasa el tiempo !!!

Y no digo la frase como el típico tópico, sino porque es cierto. Hace pocas semanas, en pleno mes de Julio, te enseñaba la receta de los Limones Encurtidos.
Parecía que la espera iba a ser demasiado larga y sin casi darnos cuenta, ya pasó el mes de rigor, el siguiente de propina y un poquito más para preparar la entrada. Y aquí vienen, formando parte de una deliciosa receta, tradicional y típica de la cocina de Marruecos.
No me extraña lo más mínimo la fama alcanzada por el pollastre, porque reconozco que es bien merecida.
Nunca imaginé, lo bien que iba a oler mi cocina nada más abrir el bote, es un aroma generoso que enseguida se desparrama por toda la estancia. Y junto a las demás especias, mientras lo estás cocinando, es una prueba de resistencia para no mojar sopas en la salsa y comerlo antes de finalizar.


En realidad este pollo se suele cocinar en un Tajine, que como seguramente sabrás, es una fuente de barro con una tapa en forma de cono. Y al igual que ocurre con la paella, el guiso toma el mismo nombre del recipiente.
Los tajines tienen mil variantes, desde pollo a pescado, pasando por verduras y cordero.
Yo no tengo ese recipiente, pero si todos los ingredientes y muchas ganas de probarlo.
Así que una olla de doble fondo para cocinarlo al chup chup, me vino estupenda para que los sabores armonizaran.
Es importante no tener prisas. Como cualquier guiso, vaya, no estoy descubriendo la pólvora.








- Unas horas antes {lo tuve toda la noche} maceramos el pollo con todas las especias:1/2 cta. de jengibre, 1/2 cta. de canela, 1/2 cta. de pimienta, 1/2 cta. de pimentón, y 1/2 cta. de cúrcuma. Añadimos también un poco de aceite de oliva para hacer la mezcla.
- Tapamos y llevamos al frigo hasta la hora de cocinarlo. Teniendo la previsión de sacarlo un rato antes, para que la carne no esté fría. De esta forma penetran mejor los sabores, quedando más tierna y jugosa.

- Al día siguiente, ponemos en una olla un fondo de aceite y cuando esté caliente, añadimos el pollo hasta dorarlo.

- Mientras, cortamos las cebollas en pluma.

- Separamos la pulpa del limón y reservamos.

- La corteza, la partimos en tiras finas y también la reservamos. Ahí es donde está el sabor a limón que buscamos en la receta.

- Cuando el pollo esté dorado, lo llevamos a otra fuente.
- En el mismo aceite donde hemos frito el pollo, pochamos la cebolla a fuego bajo. 


- Cuando esté medio hecha, añadimos el diente de ajo con piel, para poderlo retirar mas tarde.
- Agregamos la otra media cucharadita de jengibre.


- Sobre la cebolla bien pochada, añadimos el pollo.
- Agregamos el caldo bien caliente, y la pulpa del limón.
- Si no tienes caldo casero, agrega medio litro de agua caliente con una pastilla de concentrado.


- Tapamos y dejamos a fuego mínimo hasta que esté tierno. Tardó cincuenta minutos.
- Pasado ese tiempo, si ves que tiene aceite en la superficie, quítalo con ayuda de una cuchara. Retira también el ajo y la pulpa.
- Añadimos las aceitunas y la piel de limón y dejamos cocer unos quince minutos ya destapado, a fuego bajo. 
- Si ves que la salsa está muy líquida, retira el pollo y déjala cocer a fuego medio alto durante quince o veinte minutos más. Hasta que tenga la consistencia que te guste.


La mejor forma de comprobar si tienes que rectificar la salsa, es hacer un buen barco con  
Estaba perfecta, ni tuve que añadir sal. El sabor a limón es delicioso, muy delicado, una maravilla. No tiene nada que ver con el sabor del limón cuando lo incorporamos a guisos de nuestra cocina, es otro matiz diferente, aromático, sutil, especial.
Pica un poco de perejil o cilantro y añadelo al pollo por encima, una vez emplatado.
Le añadí perejil, el cilantro hay días que me gusta y días que no. Hoy fue que no . . . rarezas mías.


!!!Listo para comer¡¡¡ 

Herví un cous cous integral para acompañar, y mientras hacía la sesión fotográfica, tenía la sensación de que me faltaba algo . . . no caí en la cuenta que se me había olvidado sacar la fuente hasta que llegué de nuevo a la cocina, y ya era tarde para salir a escena.
Pero te puedo asegurar que la salsita bañando el cous cous, estaba para perder el sentido.   



Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
         Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.         

Concha, como sé que las aceitunas calientes no te gustan, las del cuenquito que ves entre las Pitas y el Limón, están recién sacadas del bote y es todito para tí.
 Pero la salsa no te la pierdas, y moja, moja . . . me darás la razón.

Nata Montada a Mano

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La receta de  hoy es un básico de la pastelería: La Nata Montada.
 En la mayoría de las ocasiones, a los que nos gusta la cocina, cometemos un error. Damos por sentado que todos sabemos hacer de todo. Y no es cierto, lo que para nosotros es algo constante en la cocina, a alguien le puede parecer un mundo.
Y este pasado Verano, una seguidora habitual, me envió un correo en el que me explicaba que estaba haciendo sus primeros pinitos en la cocina. Y que lo de montar la nata había sido un fracaso en las dos ocasiones que lo había intentado. Me pedía todos los trucos para conseguirlo y a ser posible, una entrada explicando cómo hacerlo para que saliera bien. El segundo punto interesante, es que ella no contaba con ningún tipo de aparatejo eléctrico para poder hacerlo. Ya le contesté al correo, no la iba a tener esperando tanto tiempo a Marta, pero la entrada la dejé a la espera de tenerla organizada para hacerla hoy.
Y aquí estoy, a punto de explicar cómo lo hago yo. Porque para llegar a buen puerto y que no se nos arruine la operación, es importante tener en cuenta una serie de observaciones, que he ido aprendiendo con el tiempo {incluyendo algún fiasco}.
Lo que en realidad vamos a hacer, es una emulsión, y para ello se necesita: LÍQUIDO {en éste caso, la nata} GRASA {la que lleva la nata} AIRE {que vamos a introducir con las barillas}.      
En los comercios podemos encontrar natas con distinta proporción de grasa, la mejor para montar es a partir de 35%. Las natas que suelen estar por debajo de ésta cantidad, nos dejaría una nata montada muy frágil, sin dureza ni cuerpo, y transcurrido algo de tiempo perdería textura y  consistencia. Os lo digo por experiencia, o ¿no habéis rellenado alguna vez un pastel, y al cabo de las pocas horas os encontrasteis agüita alrededor, arruinando el trabajo?
Vamos, recuerdo una vez que por abreviar, rellené un bizcocho con nata en spray comercial, y cuando volví a la cocina para llevarlo a la mesa, un poco más y me da un síncope. Esa nata multiplica por 400 el aire al salir, pero lleva poca grasa, y pierde la forma casi al instante si no la utilizas.
          

PUNTOS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA:
  •  Todos los utensilios que vamos a utilizar para montar la nata tienen que estar bien fríos, y me refiero de verdad a frí-os, no fresquitos.
  • La nata tiene que tener mínimo un 35% de grasa. Puleva, comercializa una, que lleva un 35.1% y se nota bastante la dureza. El resultado final es una maravilla.
  • Una media hora antes, dejaremos en el congelador la nata, y el cuenco donde la batiremos.
  • Al endulzar la nata, lo haremos en dos veces.
PARA MEDIO LITRO DE NATA MONTADA, NECESITAREMOS: 
  • 1/2 litro de nata
  • 80 grs de azúcar.
  • 7 gramos de gelatina neutra en polvo {son los polvos de color que se ven en la foto de abajo, junto con el azúcar).
En el caso de utilizar la nata con una grasa superior a 35% no hace falta utilizar ningún tipo de estabilizante, como en éste caso añadí la gelatina porque tenía un brick abierto de otra receta que hice, y había que aprovecharla. Aquí no se tira nada.
 Hay quien para estabilizar la nata utiliza maizena, azúcar glass comercial porque contiene almidón de maíz, queso tipo philadelfia, yogur blanco....

    VAMOS A MONTAR  LA NATA: 

    • En una olla ponemos hielo con agua, para mantener el frío mientras batimos la nata. {Si vives en un lugar frío, no te hará falta en invierno tomar estas medidas, pero en casa mi cocina suele oscilar entre 28-30º casi todo el año y así es imposible}. Si la montas con barillas eléctricas, que no es el caso de hoy, con dejarla en el congelador media hora, la montarás sin problema.
    • Encima colocamos el cuenco donde la vamos a batir. Nos aseguraremos que el nivel del agua de la olla sea alto, para que el fondo del cuenco esté en contacto con el agua y el hielo y siga estando bien frío. Mejor utilizarlo metálico o de cristal.
    • Sacamos la nata del congelador y empezamos a batir.
    • Añadimos la mitad del azúcar.
    • Al ser con barillas manuales, tardaremos más, pero también conseguiremos más volumen que si lo hacemos con barillas eléctricas.
    • Poco a poco, iremos viendo que la nata va espesando. Si, ya sé que estaremos cansados de batir, pero tranquilos, queda menos. {reconozco que tuve que pedír ayuda a uno de mis hijos}
    • Le añadiremos el resto del azúcar {como indico más arriba, añadí también la gelatina por ser la nata de 35% y querer que quede con una gran consistencia}
    • Y seguiremos batiendo hasta obtener la textura deseada. 
    ¡¡¡Ya tenemos la nata lista!!!

    Si batimos más de la cuenta, se nos convertirá en mantequilla, evidentemente nos quedaremos sin nata, pero por otro lado, podemos disfrutar de una rica mantequilla casera. Hay que buscarle el lado bueno a las cosas ¿no os parece?

     Resumiendo, para montar bien la nata, los dos puntos claves son: El Frío y La Grasa.
    Y si quieres una TRUFA EXPRESS, sólo tienes que añadirle dos cucharadas soperas de cacao puro a la nata una vez montada, y ya la tienes lista para utilizar. 
    Os aseguro, que al día siguiente seguía con la misma consistencia, que es lo que pretendemos cuando la queremos utilizar sobre todo en rellenos.
    Siento que la foto no esté más bien enfocada, pero creo que el brazo todavía se movía solo después de tanto batir.
                       

            Eso es todo por hoy. Nos vemos en unos días. 
    Y ya sabes, sé feliz o al menos, inténtalo.

    Dolmas { Hojas de Parra Rellenas }

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    Anda que no nos habrán dicho veces aquello de "estás en la parra".
    Pues el otro día si que estuve de verdad. Y es que al bajarme del coche, me di cuenta que las tengo ya preciosas y verdísimas. Llenas de hojas y con las uvas casi a punto de recoger. Allí me tenía que haber quedado, que algunas veces se complican las cosas en la vida más de lo que a una le gustaría, y en la parra por lo menos no te enteras de ná  . . . o eso dicen.
    Además, cuando las podaron allá en Diciembre, se quedaron tan peladas y desangeladas las pobres, que tuve serias dudas de volver a verlas en todo su esplendor.
    Mujer de poca fe, que me dijo el tío con las tijeras en la mano. 
    Él tenía razón, yo andaba equivocada.
                


     Bueno, a lo que iba. Una cosa que tenía clara es que no me iba a quedar sin probar durante más tiempo las Hojas de Parra Rellenas. En nuestra cultura no es habitual que las comamos, somos más de rellenar Berenjenas, Calabacines, Col, Papas, Pimientos o Tomates.
    Pero en países como Grecia, Turquía, Antigua Yugoslavia, Rumanía, Países Árabes {como Líbano, Siria}, y Vietnan; se las comen tan ricamente desde hace siglos y les tienen verdadera devoción. 
    Y no me pongas caras raras, que te aseguro que las hojas de parra están bien ricas.
         
                  


    Cuando me enfrasco en una nueva receta y es típica de otro lugar, me gusta adentrarme en el origen, historia y forma de cocinarla. Visiono vídeos aunque no entienda ni papa de lo que digan, porque el sirio no lo domino y el bosnio, ya ni te cuento. Pero ves la forma de hacerlas y siempre aprendes de aquí y allá. 

                                              

                   
     
    - 250 grs de Carne de Ternera
    -  1/2 Cebolla Pequeña
    - Arroz Redondo 
    - 1 Puñado de Pasas sin hueso
    - 1/2 Cda Canela Molida
    - Sal Marina
    - Pimienta Negra Molida
    - 1 Puñado de Piñones{no le puse}
    - Aceite Oliva Virgen
    - 26 Hojas de Parra para Rellenar
    - 10 Hojas de Parra { para hacer la cama y tapar}
    - 1 Naranja
    - Rama de Hierbabuena {no le puse}
    - Rama de Perejil {no le puse}


                          



      

    - Lavamos las hojas de parra bajo el grifo. Al ser ecológicas no llevan ningún pesticida, pero si las tuyas son de parras donde se han tratado con estos productos, habrá que lavarlas a conciencia.
    - Pondremos abundante agua en un caldero y añadimos sal generosamente. Porque las vamos a hervir en una salmuera.


    - Dejamos las hojas en el agua ya caliente y hervimos durante diez minutos. Recuerda reservar algunas sin cocer, para hacer la cama y tapar los rollitos.
    - Como tienden a flotar, les puse un cocedor de vapor encima, así hacía peso y no tenía que estar presionándolas al fondo todo el rato. Puedes poner también un plato.
    - Si compras las hojas en salmuera, éste paso te lo saltas y solamente tendrás que lavarlas antes de utilizarlas.


    - Una vez cocidas, pasamos a rellenar.
    - Ponemos la hoja en la mesa de trabajo, le damos la vuelta.


    - Le cortamos el pedúnculo {rabito}.
    - Las vamos a rellenar por esa cara. Para aclararnos, por la parte de la hoja que no le da el sol.


    - Empezamos a cerrar plegando por la parte de abajo izquierda.
    - Después la derecha.


    - Volvemos a doblar la parte derecha y la parte izquierda.


    - Y ya terminamos de envolver.


    - Cuando los tenemos formadas, pondremos en el fondo del caldero unas cuantas hojas de parra crudas y lavadas para cubrirlo.
    Así evitamos que se peguen al fondo.


    - Colocamos todos los rollitos. Es mejor elegir una medida de caldero en la que queden mas bien apretados.
    - Colocamos una naranja cortada en rodajas, por encima. Ésto se hace para dar sabor. También puede ser, un limón.


    - Después cubrimos con más hojas crudas y lavadas.
    - Colocamos un plato para presionar. Así evitamos que se abran y se muevan mientras cuecen.
    - Añadimos agua hasta que se cubran los rollitos. También se le añade el zumo de un limón, yo no lo hice.


    - Los dejamos tapados a fuego bajo-medio unos cuarenta minutos. 
    - Pasado ese tiempo, retiramos las hojas que tapaban y las rodajas de naranja. Podemos reservarlas para adornar en la presentación del plato.
    - Añadimos un hilo de aceite por encima a los rollitos.
    - Dejamos durante diez minutos tapadas en un colador y ya están listas para servir.

                                 
     
    - En una sartén añadimos un poco de aceite de oliva, la cebolla y la carne molida.


     - Añadimos la sal y la pimienta.


     - Mientras está haciéndose la carne, la podemos aplastar con un tenedor para que quede más suelta.
    - Sólo vamos a sofreír un poco y la pasamos a un cuenco amplio para que vaya templando y añadir el resto de ingredientes. En realidad terminará de hacerse, una vez esté dentro de las hojas.


    - Agregamos las pasas y la canela. 


     - Incorporamos el arroz medio cocido, terminará de cocerse cuando las hojas estén rellenas.
    - Movemos para integrar bien todos los ingredientes.
    - Probar de sal por si tenemos que rectificar. Si queremos añadir más especias, adelante.

                                                         
                              


    El relleno más habitual es de arroz, o de carne combinada con arroz. Si la haces sólo de arroz se sirven frías, pero si lleva carne, entonces preséntalas calientes. Por supuesto, en todos los casos no pueden faltar los frutos secos y las especias. 
    Será un bocado sencillo, pero no deja de ser sinceramente delicioso.
    En casa han gustado mucho, así que tendré que hacer acopio de hojas. Ya he aprendido a prepararlas para poderlas conservar. Si tienes oportunidad, te recomiendo que la hagas. 
     

    Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. 
    Y ya sabes, se feliz o al menos, inténtalo.

    *Otras recetas del blog, con verduras rellenas que te pueden gustar: Calabacines Rellenos ;Col Rellena ; Paquetitos de Col ; Pimientos Italianos Rellenos ; Pimientos Verdes Rellenos ; Pimientos del Piquillo Rellenos ; Tomates Rellenos. {clica encima para ir a la receta}

    Pimientos Secos

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    Secar alimentos es una antigua forma de conservación. 
    Aunque hay distintos sistemas para conseguir deshidratarlos, hoy vengo con el más sencillo y que nos brinda La Naturaleza: el SOL.
    Habitualmente se suele hacer este paso desde finales de Agosto, que es cuando las huertas se llenan de pimientos. En esta ocasión opté por unas Pimientas Piconas que encontré a muy buen precio una tarde que entré en mi frutería habitual.
    Al día siguiente, ya las tenía preparadas y enristradas en el porche. Han tardado unas tres semanas en estar listas, pero claro, el factor ambiental y la humedad del lugar son determinantes para que se necesite más o menos tiempo hasta conseguir el objetivo.
    Si nunca has enristrado pimientos, te aseguro que es una forma muy sencilla de proporcionar un rico sabor a nuestras comidas, salsas y guisos. Puedes elegir cualquier pimiento que no sean muy carnoso, del tipo: Palmera, Picona, Choricero, Ñora, Cuerno de Cabra, Padrón, Piquillo, Piparra y Guindillas,

    NECESITAREMOS
      

    CÓMO LO HAREMOS

    * Revisamos que las pimientas estén sanas y no tengan magulladuras.
    * Eliminamos el polvo con un paño seco. No se te ocurra lavarlas. El agua puede quedar entre las hendiduras y provocar la proliferación de hongos durante el proceso de secado.


    * Enhebramos una aguja de coser lana con hilo de cocina. Yo no corto el hilo, porque no se la cantidad que necesitaré, así que voy cosiendo las pimientas y cuando termino, lo corto.

    * Vamos pasando la aguja por la parte más gruesa del pedúnculo, así con todas, hasta terminar.


    *Cuando ya las tenemos enristradas, cortamos el hilo. Listas para colgar.


    * Buscaremos una parte de la terraza donde de el sol practicamente todo el día. Ya solo es cuestión de esperar unas semanas y ver que se han secado completamente. Si donde vives hay mucha humedad por la noche y no están bajo techo, te aconsejo que las entres en casa.  Al día siguiente, vuelves a sacarlas.
    * Es bueno revisar de vez en cuando, para comprobar que no haya ninguna picadura y que alguna se esté estropeando. Si esto ocurre, es mejor eliminarla.


    * Y pasado el tiempo, ya están secas nuestras Pimientas Piconas.


    * Para conservarlas puedes dejarlas enristradas en alguna zona de la casa {en la cocina sirven hasta de adorno} o las puedes conservar en un bote de cristal bien cerrado. No hace falta que quites el pedúnculo ni las granillas hasta el momento de utilizarlas.
    * También puedes optar por pulverizarlas y añadirlas de ese modo a los guisos y mojos
      {AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ }


    Nos vemos en unos días.
    Hasta entonces, se feliz, o al menos inténtalo.

    Principe Alberto

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    Con este postre te voy a llevar de viaje, y mientras, te cuento una historia.

    Así que dame la mano, que nos vamos a  La Palma, La Isla Bonita.
    Una vecina de Los Llanos de Aridane, llamada Dña. Matilde Arroyo Felipe {1.926- 2.014} en plena posguerra, y como otras muchas mujeres, se vio en la necesidad de sacar adelante a sus dos hijas {Nieves Ángeles y María Candelaria} Pues aunque estaba casada, su marido emigró de forma imprevista a Venezuela y no se volvió a tener noticas.
    Como ella misma decía, su estado Civil era: ni soltera, ni casada, ni viuda.
      Corría el año 1.958 cuando apostó como medio de vida, por hacer algo que le gustaba y se le daba, pero que muy bien: La Repostería Tradicional de La Palma.
    En su propia cocina comenzó a preparar tartas de cumpleaños para los hijos de sus amigas. Más tarde, pasteles y dulces {Rapaduras de leche, Almendrados, Queso de almendras, Polvorones y  Bienmesabe} siguiendo las recetas de su abuela, sus tías y de su madre Nieves.
    Estos dulces empezó a venderlos entre las amistades y posteriormente entre los vecinos, de casa en casa.


    Los comienzos fueron duros, aunque poco a poco la fama de su buen hacer fue creciendo. Algún que otro Restaurante se interesó por ellos y los encargos llegaron de todos los puntos isleños.
    Mucho trabajo, que se vio recompesado finalmente cuando años más tarde tuvo junto a sus hijas una exitosa, conocida y galardonada empresa repostera familiar.
    En su Dulcería - Cafetería, se siguen comercializando los postres con las recetas de la familia de Dña. Matilde no sólo al público local, sino a importantes Restaurantes de La Palma, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y Lanzarote.


     Sus dos hijas, al frente del negocio, siguen respetando la tradición y la forma artesanal de generaciones anteriores. Aunque como ellas mismas cuentan, se hayan modernizado con algún aparato eléctrico, como una peladora de almendras, para no tener que pasar tantas horas haciéndolo a mano.
    En el años 2.009 el Gobierno de Canarias, otorgó a Dña. Matilde la Medalla de Oro por su labor. Y a título póstumo, en Mayo del 2.015 se la designó como Hija Predilecta del Municipio
    {Los Llanos de Aridante}.
    A día de hoy se la considera la Reina del Bienmesabe. Postre que te enseñaré en otra entrada. Además de una excelente repostera, se le reconoce como una mujer generosa. Y sus prioridades en la vida fueron siempre: trabajar para su familia y poder ayudar, en la medida de sus posibilidades, a quien la necesitase.


    El nombre tan curioso de Principe Alberto se le atribuye a una visita que hizo a La Palma, Alberto de Mónaco. Por aquellos años, y aunque viéndolo hoy pueda parecernos harto difícil, el futuro Principe de la Dinastía Grimaldi; todo un Soltero de Oro, estaba de muy buen ver. Tanto, que cuando le preguntaron a Dña. Matilde por el postre, no tuvo mayor ocurrencia que atribuirle, estar tan bueno como el Principe Alberto.
     Y con ese nombre se quedó.
    Personalmente te diré que el postre está para chillarle de rico, mucho más que al consabido Principe. Que por otra parte nunca me cayó bien, y menos desde que publicamente defendió su candidatura a los JJOO con tan poca elegancia y arremetiendo contra la entonces candidatura de Madrid 2012 sin venir a cuento. Pero ese es otro tema, y hoy no nos vamos a poner tan serios.
    Ya traeré otros postres de Dña. Matilde, que se han convertido en icono de la Repostería de todo el Archipiélago.



    ** Si utilizas azúcar blanca como en la receta original, los gramos son los mismos**
     


    - Molemos las avellanas.


    - En un caldero ponemos agua a hervir y escaldamos las almendras dos minutos.

    - Les quitamos la piel y las tostamos en una sartén a fuego bajo hasta que veamos que vayan cogiendo color.
    - Reservamos hasta que estén frías.


    - Una vez frías, las molemos también.


    - Ponemos el chocolate troceado y la mantequilla al baño maría.
    - A fuego medio esperamos hasta que esté derretido.


    - Separamos las yemas y las claras.
    - Batimos las yemas con 30 grs de Azúcar de Abedul, hasta que cambien de color y la veamos hecha una crema.


    - Las claras las montamos hasta que estén bien firmes con 30 grs de Azúcar de Abedul.

    - Añadimos el chocolate cuando esté templado a las yemas, y movemos con cuidado hasta que esté bien ligada la mezcla.


    - Añadimos las almendras y las avellanas molidas y mezclamos bien.
    - Deja un poco de avellanas, reservadas para adornar el postre.


    - Añadimos las claras montadas en dos o tres veces, con movimientos envolventes para no perder volumen.


    - Reservamos 200 grs de esa mezcla.


    - Añadimos los otros 15 grs de Azúcar de Abedul con el medio vaso de café.


    - El bizcocho lo tenía hecho. Haz el que acostumbres, pero que no lleve aceite sino mantequilla, queda mucho más rico para este postre.
    -Pincelamos los trozos de bizcocho con el café. Tiene que quedar embuchadito {húmedo} pero no ahogado.
    - Hacemos trozos más pequeños.



    - Añadimos los trozos a la mezcla del chocolate y movemos lentamente para integrarlos. Cuidado que no se nos rompan.


    - El molde donde vamos a montarlo, lo pincelamos con mantequilla. Hice dos individuales y otro más grande, en total salen unas cinco raciones.
    - Vertemos parte de la mezcla y alisamos.


    - De los 200 grs de la mezcla que habíamos reservado, pondremos parte por encima y alisamos.


    - Ya sólo nos queda taparlos y llevarlos al frigo. Mejor de un día para otro.
    - Antes de servir, le añadimos un poco de avellanas troceadas por encima.


    Aunque veas largo el paso a paso, es por hacerlo con más detalle, pero si te das cuenta, es bien fácil. Basicamente consiste en una Mousse de Chocolate, pero enriquecida.
    Espero que lo prepares, es un poco entretenido, pero merece la pena.
     Cunde bastante, pues al llevar frutos secos, con una porción enseguida te sacias . . . o no, porque también es adictivo.
    ¿Te digo cómo me gusta tomarlo también? Congelado. Lo llevo al congelador recién hecho, y al día siguiente, helado está divino. Curiosamente no cristaliza, y el bizcocho, guarda su textura.
    Para mí, que tiene magia.

    Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
    Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.


    Pan Rallado

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    Vengo de nuevo con un "básico" en nuestras cocinas.
    No es una receta glamurosa ni complicada por cierto, pero si útil y necesaria. Y como siempre me ocurre, mil dudas si traerla o no. Pero cuando uno de mis hijos hace ya unos años, observó el proceso, lo primero que dijo fue: "- Ah, pero ¿esto se hace? "
    Me encanta estas generaciones tan ciber-espaciales y movil-expertas WhatsApperas que se sorprenden ante la mayor de las simplezas mundanas y creen que las cosas se materializan por ciencia infusa.
    En casa de mi madre siempre se hizo el pan rallado casero. Mi tía Isa almacenaba todos los trozos que quedaban duros, y cuando tenía suficiente cantidad los molía y guardaba en un enorme bote dentro del armario.
    Más tarde, cuando me independicé, lo cierto es que reunir pan para rallar era una labor difícil, así que empecé a comprarlo. Pero cuando me aficioné a hacer el pan en casa, pasé de nuevo a consumirlo casero y así sigo.
    El pan rallado es un alimento económico, que encontramos facilmente en las estanterías de los supermercados, panaderías y tiendas pequeñas. Es una forma de dar salida por parte de las panaderías industriales a los panes que se les van quedando duros. Así que para comerme el pan duro de otro, me como el mío ¿que te parece?
     No te lleva mucho tiempo y además, me gusta hacerlo.
    Evidentemente, vamos a necesitar pan. Da igual que esté totalmente duro o que sea de días anteriores, pues siempre lo tuesto en el horno. Así deshidrato completamente el pan y me evito que una vez guardado y pasadas unas semanas pueda aparecer moho.

                    
    * Precalentamos el horno a 250º durante quince minutos.
    * Mientras, repartimos el pan por la bandeja del horno.
    * Apagamos el horno, e introducimos la bandeja con el pan. La dejamos hasta que el pan esté totalmente frío.


    * Vamos sacando el pan y pasándolo por la picadora (tipo Moulinex o cualquiera que traiga la batidora o robot de cocina).
    * Molemos el pan hasta que tenga el grosor que nos guste.


    *  Pasamos el pan rallado por un colador, para ir separando el que no ha quedado tan molido.
         

    *  Una vez colado todo el pan, tan solo tendremos que guardarlo en botes de cristal bien tapado hasta su utilización.


    * Depende para qué lo vayamos a utilizar puede ser que te guste el pan rallado con más o menos grosor.
    Por ejemplo, para rebozar las croquetas { aquí, aquí } me gusta el pan bien fino.
     

    En cambio para gratinarlo sobre algún pescado al horno o unas berenjenas, prefiero que esté grueso. Por eso separo en otro bote el que va quedando así.


    * Puedes aromatizarlo a tu gusto. Si vas a freír unas pechugas o unos dados de pescado, quedan tremendamente ricos si lo mezclas con ajo en polvo y perejil seco. La proporción que utilizo es: 1 vaso de los de agua lleno de pan rallado x 1 cta. de ajo en polvo x 1 cta. de perejil seco.
    * Es preferible ir añadiendo poco a poco el pan rallado en el cuenco donde estamos rebozando los alimentos. Una vez que hemos terminado de rebozar ese día, yo tiro el pan. No me gusta pensar que trazas de huevo o algún líquido de la carne ha quedado entre el pan hasta la próxima vez que vaya a utilizarlo y mucho menos, lo vuelvo a mezclar con el pan que no he utilizado aún.

    Flautas de Pollo o Tacos Dorados

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      Si paseas por el blog, sabrás mi adoración por la cocina mexicana.
    No hago más recetas de esta rica gastronomía porque sus ingredientes no los encuentro facilmente y me tengo que conformar con unas pinceladas.
    Entre sus platos más sencillos se encuentras Las Flautas. Son unas tortillas rellenas, enrolladas y fritas a las que se las baña despues en salsa y te aseguro que son un plato delicioso. Me las enseñó a hacer un familiar que estuvo viviendo allí unos años y así las aprendió.
    El nombre viene por su forma alargada, pudiendo recordar al instrumento musical.
    { Si, ese con el que nos han mortificado a casi todos en nuestra etapa escolar, y con la que han seguido nuestros hijos. Debe ser una sutil vendetta encadenada }.

        
     De Norte a Sur del país las puedes encontrar, aunque depende de la zona, el relleno suele variar. Las mías vienen cargaditas de pollo deshebrado. Pero son muy común tomarlas de frijoles refritos, de carne de barbacoa, de papas y queso, requesón . . . 
    Se encuentran facilmente en puestos callejeros, pero también forman parte de la Carta de cualquier Restaurante de fino mantel.
    Los Tacos Dorados son originarios de Sinaloa y allí se elaboran con tortillas de maíz, pero en el norte de México se utilizan más las de harina.
    de frijoles refritos
       
     

    Y aunque la receta llevaba ya tiempo en borradores, hoy pensé que era el momento para ver la luz. Yo siempre a contra corriente, justo cuando terminaron sus Fiestas Patrias.


                                                                           {para dos personas}
             

     
            
    PARA LA SALSA: {es la misma de las Entomatadas}
    Pondremos los tomates, la cebolla, el chile, el ajo {yo no lo añado} y la sal a cocer. Después lo pasamos por la batidora de mano. Ya sabes que el picante lo controlas tú, a mí me gusta que quede picosa, pero tú verás lo que resistes.


     Ya tenemos lista la salsa:


    El queso blanco, lo desmenuzamos. Por supuesto, puedes comprar cualquier queso blanco de tu zona.
     

     La lechuga, la troceamos en juliana.


     La pechuga la cocemos y deshebramos. Este paso me lo salté, pero sólo es cocer la pechuga con cebolla, laurel y ajo para que tenga buen sabor y una vez blanda, la deshacemos en hebras.


     El yogur lo batimos un poco y añadimos sal. En caso de utilizar nata, bátela igualmente, sólo es para dejarla homogénea.


    Y ahora vamos a rellenar las tortillas con pollo, las enrollamos bien apretadas y las dejamos todas  formadas con la forma típica. Son delgaditas ¿eh?


    - Las pasamos por una sartén con un fondo de aceite, hasta que estén doradas. Tendremos cuidado de freírlas primero por la parte del cierre, así no se abrirán. Si te resulta difícil, puedes atravesar dos juntas con un palillo de madera y eliminarlo una vez fritas y doradas las flautas.
    - Las dejamos escurrir sobre papel de cocina.

                                                         Empezamos a montarlas

    -  Ponemos las Flautas en cada plato, acostumbro a poner tres por comensal.
    -  Empezamos añadiendo la lechuga cortada muy fina.


      -  Después la salsa roja.


    -  Ahora el queso desmenuzado.


    -  Terminamos con la nata. Aunque la cambio por yogur, para aligerar grasas.

                                       
             Ya está listo para disfrutar. 
    Os aseguro que es un plato muy jugoso y ligero, aunque lleve las tortillas fritas, el resto de los ingredientes están libres de grasa y le aportan mucha frescura.

                       

    - Las tortillas pueden ser de de MAÍZ o de HARINA.
    - La nata que utilizan en México no es tan líquida como la que solemos utilizar aquí. La de allí es la Crème Fraîche, que tiene un alto porcentaje de grasa {entre 35-40 %}. En la sección de natas, se suele encontrar sin dificultad.
    - Si las utilizas compradas, tardas diez minutos en montar el plato.
    - Las tortillas tienen que estar calientes para que sean más flexibles, así que antes de rellenarlas, las puedes calentar un minuto en el micro, dentro de una bolsa de plástico.
    - Por supuesto si no te gusta la comida picante, no le añadas el chile a la salsa.
    - El relleno puedes elegir el que más te guste: frijoles, carne de cerdo, requesón y cebolla...
    - Si le añades unas rodajas de aguacate por encima, te encantará el contraste, yo hoy, no tenía.
             

    Y eso es todo, espero que te gusten tanto como a mí. 
    Nos vemos en unos días, hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.

    Guacamole & Totopos { Comida Mexicana }

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    Decir GUACAMOLE es pensar en México.
    El nombre deriva del nahuatl, donde combina la palabra aguacatl {aguacate} y molli {mole}. Hacer guacamole es bien sencillo, pero no existe una receta única. Pasa como con nuestro gazpacho, que partiendo de una base indiscutible que es el aguacate, cada uno quita, añade y acomoda a su gusto.

    Yo misma, tengo dos recetas diferentes con las que juego. Depende si ese día lo van a tomar unas u otras personas. El motivo no es otro, que al ser una salsa con ingredientes potentes como el ajo y la cebolla, no a todo el mundo le sienta bien. Así que la que traigo hoy es la versión "no se repite" y  "no produce ardor". Si ya sé, parezco un anuncio de antiácidos, pero ¿a que te has sentido así después de comerlo alguna vez? Pues presta atención, porque estoy segura que te va a encantar.


    Para conseguirlo, le quitaré la fuerza a la cebolla, al ajo y al tomate. Vamos, lo que le hizo Dalila a Sansón cortándole la melena, pero en plan salsero. Ándale ¿y eso cómo es?. Tan simple como añadirle estos ingredientes, pero en salsa. Ojo, que la receta no me la inventé yo, me la dio una amiga poblana, hace un porronazo de años, en mis tiempos de Coronitas y Tequila.
    { ha quedado un poco raro esto, ¿no? }
    Y esta receta me gustaría dedicarsela a mi querida Sonsoles{Concina con vistas} que disfruta de todo lo mexicano tanto como yo. Y es que en el fondo, tenemos alma de Ranchera de voz quebrada.
                           


         El paso a paso de la salsa, lo puedes ver AQUÍ



            
       


    - Escoge un aguacate maduro.
    - Con un cuchillo, separa las dos mitades.


     - Gira las dos partes del aguacate en sentidos opuestos, y ya lo tienes abierto.


     - Con ayuda de una cuchara sopera, saca la pulpa.
     - La pones en un cuenco y la aplastas con un tenedor. No tiene que quedar papilla, sino con tropezones.


    - Agrega el zumo de limón y mueve para integrarlo.
    - Añade la salsa junto con el cilantro picado fino { yo lo batí con la salsa } y remueve de nuevo para mezclarlo todo bien.


    - Pon el hueso del aguacate en medio del guacamole y con papel film, tápalo a piel.
    - Lleva al frigo hasta el momento de servir.

           



    En realidad, los totopos son tortillas de maíz partidas en triángulos y fritas en abundante aceite. Son los mal llamados por nosotros, nachos. Y digo ésto, porque los nachos aunque son tortillas de maíz, generalmente fritas y cortadas en triángulos, están  bañados con queso. Bueno, queso y muchas más cosas, como chiles, salsas, guacamole . . .

    - Corta las tortillas de maíz por la mitad. Con un corta pizza se hace facilmente.
    - Igual te parece que son más blancas que las habituales, pero es que son caseras y están hechas con maíz blanco. Por supuesto, si no las sueles hacer, ni te animas, las compras y listo. Pero ojo, las de trigo, no sirven.


    - Y la vuelves a partir de nuevo, dividiéndola en cuatro partes.
    - Las fríes hasta que pasados unos minutos, estén crujientes.
     

    - Las sacas del aceite. Deja que escurra el aceite sobrante y ya frías las dispones en una fuente para tomarlas con el guacamole.

         Y ya tenemos listo nuestro GUACAMOLE con nuestros TOTOPOS
    ¿Te va apeteciendo? Pues venga, que voy sacando las cervezas bien frías.

    Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. 
    Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.

    Salteado de Verduras al Estilo Oriental

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    Comer verduras a diario para mí es fundamental.
    De hecho si lo pienso bien, desde el desayuno {siempre tomo un tomate} a la cena, forman parte de mi dieta habitual. Hay mil formas de cocinarlas y desde una sencilla coliflor a unas judías verdesaliñadas, soy feliz con casi cualquiera de ellas. A voz de pronto, con las únicas que no puedo son el Apio, las Coles de Bruselas y el Brócoli.
    Los de casa son otra historia, que por comer una hoja de lechuga y un pepinillo en vinagre dentro de una hamburguesa ya se  creen que han cumplido. Una lucha continua que algunas veces agota.
    Y en mi continua búsqueda de recetas verduleras complacientes, me topé con ésta. Un estilo diferente, oriental, con una combinación de sabores especiales.
    Creo que te puede gustar mucho, y si eres como yo, de las que buscas triquiñuelas para presentarlas de forma atractiva a los pesados de mis hijos, que se niegan, remolonean y las apartan al borde del plato, igual tienes éxito en esta ocasión.
    Por mi parte, nunca desisto. Ahí sigo erre que erre.


    - 2 Calabacines
    - 3 Zanahorias
    - 1 Cebolla Pequeña
    - 2 Dientes de Ajo
    - 1/2 Taza de Frutos Secos {pipas, anacardos, pistachos . . .}
    - 1 Cda. Aceite de Oliva Suave
    - 2 Cdas. Salsa de Soja
    - 1 Cda. de Sirope de Agave {Miel o Azúcar}
    - Zumo de Medio Limón
    - 1 cta. de Cúrcuma
    - 1 cta. de Jengibre
    - 1 fisco de Pimienta
    - Semillas de sésamo  {opcional}





    - Mezclamos en un cuenco la salsa de soja con el agave y el limón.
       

    - Cortamos la cebolla en trozos grandes, y los ajos al medio. En una sartén añadimos una Cda. de aceite y los cocinamos durante 1 minuto.
      

    - Pelamos las zanahorias y las cortamos en trozos, como de 1 cm. Las añadimos junto a las cebollas y doramos unos dos o tres minutos.


    - Los calabacines los pelamos o no, según preferencias. Los cortamos en trozos de unos 2 cms.

    - Lo añadimos junto al jengibre y la cúrcuma. Dejamos que se hagan unos tres minutos.

        

    -  Añadimos ahora la salsa y los frutos secos elegidos, en este caso pipas. Dejamos 2 minutos más al fuego.


     Listo para emplatar. 
    Le añadí unas semillas de sésamo por encima, pensé que le quedaría bien, y no me equivoqué.
              

    La primera vez que lo hice, me pareció un plato exquisito. Y así se lo conté a Marga, que hacía unos días lo había publicado en su blog El festín de Marga. Lo he repetido en varias ocasiones y sigo pensando lo mismo,
    No es la primera vez que le copio una receta, y seguro que no será la última. Marga tiene una forma de cocinar variada, que me encanta. Tengo pendiente un flan de su madre, que me enamoró nada más verlo, ya caerá.

    Suelo acompañar este Salteado con un poco de cous cous y pasas, el contraste es perfecto.

      

      Y eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
    Espero que seas feliz, o al menos, inténtalo.

    Salsa de Arándanos

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    ¿A ti te gusta compartir silencios?

    Me preguntó de repente un familiar adolescente hace unos meses. Lo cierto es que me dejó un poco descolocada. Creo que lo primero que le contesté fue: " depende de con quien  ".
    Y me dijo que le ocurría igual, que ella sabía si estaba a gusto con alguien {sin necesidad de que le gustase en el sentido de noviete ni nada por el estilo; incluía también a sus amigas} cuando se creaban momentos de silencio y no necesitaba hablar o decir una ocurrencia para acabar rellenando ese espacio mudo.



    Mejor explicado, imposible.
    Nada hay más engorroso que un silencio no esperado, sobre todo, cuando estás acompañado de alguien con el que no tienes mucha confianza; o mantienes una conversación trivial y de pura cortesía social. Y nada más agradable, que compartir un gran silencio cuando estás en  buena compañía.
    Después de irse, seguí dándole vueltas al tema, y recordé momentos silenciosos, incómodos y cortantes de la vida {de los que ahora me río a mandíbula abierta}
    y otros que no lo fueron tanto.
     Durante unos años el silencio estuvo ausente en mi día a día, y es normal que así fuese. Teniendo niños en casa; con sus voces, risas, peleas, carreras y juegos, se llenaba todo el espacio.
    En ocasiones llegué a pensar que no oía ni a mis propios pensamientos.

    Ahora, con el transcurrir de los años, me he dado cuenta que disfruto con él.
    Y soy una afortunada, pues al cabo del día puedo tenerlo aunque sea en cortos plazos.



    Hoy te dejo una Salsa de Arándanos riquísima, que hago siempre para acompañar los Tequeños. Preparan una muy parecida en la arepera a la que solemos ir desde hace más de quince años.
    Evidentemente las cantidades no me las dieron, pero si los ingredientes.
    A veces ser una fiel clienta, tiene su recompensa.
    Sobre cualquier carne o tostada, te aseguro que es deliciosa. O simplemente a cucharadas como es capaz de comerla alguno de mis hijos, sin más.

    Ya verás cuando la pruebes: se hará un gran silencio en tu mesa.  Y compartirás ese mutismo nada incómodo, dando paso a continuación a la aprobación y algarabía de un hallazgo tan sabroso.
    Siempre ocurre igual.


    NECESITAREMOS
        

    ** Si utilizas xilitol {azúcar de abedul} es la misma cantidad que de azúcar moreno. Queda igual de rica y así es apta para diabéticos**


    CÓMO LA  HAREMOS





     Tan sencillo como poner en un caldero a fuego medio, el zumo de naranja con los arándanos, y esperar diez minutos hasta que están casi cocidos.
    Añadimos entonces, todos los ingredientes secos y dejaremos cocer diez minutos más, también a fuego medio.
    Apartamos la preparación, eliminamos el laurel, el pedúnculo del chile y colamos. No la pases por la batidora, porque la textura cambia totalmente. Por experiencia te aseguro, que queda mejor así.
    Guardar en un bote hasta el día siguiente, los sabores habrán armonizado y ganará en sabor.



    Si te gusta el queso rebozado, a la plancha o frito, es un acompañamiento perfecto.

    Me encanta, especialmente con el paté.

    Hoy no me dirás que no ha sido fácil ¿eh?

    Que la disfrutes.


    Nos vemos en unos días.
    Hasta entonces, se feliz, o al menos inténtalo.

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