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Channel: El cuaderno de recetas
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Galletas tipo Pim´s {Aptas para Diabéticos}

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       Así de entrada, te voy a contar que soy una "Experta Galletera".
       Uyyy, no vayas a pensar que hoy vengo en plan pedante y pretencioso, ni que la calor que hace se me ha subido a la cabeza.
      Lo mío se remonta a la niñez. Y claro, tantos años, profundizando en este inmenso mundo "galleteril", a día de hoy porque no existe un Grado en esta especialidad, pero tengo la total seguridad que aprobaría con Matrícula de Honor.

      Se me olvidaba un pequeño detalle, que yo no soy experta en hacer galletas . . . . . ¿eso es lo que habías creído? noooo que va, en eso sigo en pañales.
     Mi maestría consiste en co-mér-me-las.
     Si te pregunto de pronto ¿cual es tu preferida? igual no te puedes decidir por una. Yo voy por etapas y momentos: Chiquilín, Principe, Napolitanas, Bourbon, Digestive, Cookies y las riquísimas Pim´s rellenas de Mermelada de Frambuesas {a las rellenas de mermelada de naranja tampoco le hago remilgos}
  
                         Y esas son las que traigo hoy, mis adoradas Pim´s.                                   
                            ¡¡¡madremíamadremía qué peligro de receta!!!
     
      Lo que más me frena a la hora de comprar galletas industriales como antes, es que hace años me dio por leer los ingredientes de los productos envasados. Y ¿qué quieres que te diga? en algunas ocasiones casi no caben en el envoltorio tanto ingrediente que llevan. Y eso que la letra ya se encargan de hacerla bien pequeña, para que cualquiera que ponga empeño, se aburra antes de acabar.
       Bueno, pues no me enrollo más. Pero que sepas, que la de hoy es una réplica exacta en sabor a las originales, pero muchísimo más sanas. Llevan  Azúcar de Abedul y Stevia en mi versión, por si eres Diabético o estás a dieta contando calorías y aún así, quieres darte un capricho ¿qué digo capricho? un gustazo en toda regla.
     Te puedo asegurar que han sido un éxito rotundo. Hasta yo misma me sorprendí. Y eso que cuando mi amiga Marta me dio la receta, ya lo advirtió: " Es clavadita " me dijo, y vaya que tenía razón.
                                                  
                                                
                                         

- En un cuenco amplio, pondremos los 40 grs de mantequilla a temperatura ambiente.
- Le añadimos los 35grs de SUCRAFOR.

 - Agregamos las dos gotas de vainilla.
 - Incorporamos el huevo.
- Los 75 grs de harina junto con los 2.5 grs de levadura, los pasamos por un colador.
- Mezclamos todo bien con movimientos envolventes.
 - En unos breves minutos, tendremos hecha la mezcla para los bizcochitos. Al ser poca cantidad, la hice a mano, no hace falta la batidora eléctrica.
 - Sobre papel de horno, iremos dejando cucharadas de masa, procurando que sean del mismo tamaño y que estén separadas entre sí, crecerán con el horneado. También lo puedes hacer con una manga pastelera.
 - En el horno precalentado a 170º dejaremos hornear ocho minutos {comprueba pinchando alguno antes de sacarlos, ya sabes que cada horno es un mundo}
  - Enfriaremos sobre una rejilla. Partí uno para ver la jugosidad, estaba impresionante.
- Mientras enfrían, derretimos los 50 grs de chocolate en el micro. Poco a poco, para evitar que se pueda quemar.
 - Volvemos a dejar los bizcochitos sobre el papel de horno y le añadimos una cucharadita  de Mermelada de Frambuesas  por la parte plana, pero sin llegar a los bordes.

- Iremos volcando la parte de la mermelada sobre el chocolate, para cubrir la galleta. Es un ligero baño, cuestión de entrar y salir, nada más.
- Aunque como a mí me estaba costando trabajo, las terminé, poniéndoles una cucharada de chocolate por encima.
                                      Dejamos enfriar nuevamente, y listas.
   
      Tan, tan, tan perfectas como las industriales no quedaron, pero oye a lo artesanal hay que mirarlo con ese punto especial que tienen ¿ o no ?
                Nos vemos en unos días y ya sabes, se feliz o al menos, inténtalo.
                                             

- La receta de mi amiga Marta, estaba elaborada con azúcar blanca. Pero yo la cambié por  Azúcar de Abedul  {es la misma cantidad} y dividí los otros ingredientes entre cuatro. Al ser la primera vez, no quise hacer la receta completa, por si acaso no me gustaban tanto como me había asegurado. Pero merece la pena multiplicar por cuatro y por ocho también.
- Salieron catorce galletas. Aunque se les llame galletas, pues así la designan de forma comercial, en realidad se trata de bizcochitos rellenos y bañados.
- A los dos días siguen perfectas, y el bizcocho bien tierno y jugoso. Más días no lo sé, porque se acabaron.
- Te recomiendo que visites la página deSucrafor  y veas con más detalle las propiedades que tiene éste estupendo producto.

Vinagre de Cerezas

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      Y ahora te preguntarás que ¿por qué publico hoy, cuando el día habitual es el Lunes?
      Pues veras, es que tengo tantas recetas en la bandeja de Borradores, que se van quedando atrás porque me parecen demasiado sencillas. Ojo, que no digo que no se merezcan estar aquí para que tú las veas. Pero claro, publicando una vez a la semana, parece que les falta algo de "chicha", y a este paso no van a ver la luz. Así que he decidido publicar algunos Viernes para descongestionar un poco tanto borrador, que hay allí más recetas que días tiene un mes.
       El verano pasado vi este vinagre en un Blog amigo y quedé enamorada. Ante estas situaciones lo mejor es no dejar pasar el tiempo, hacerte con los ingredientes y ponerte en acción.
      Si bien es cierto que no necesitas mas que tres cosas y un poquito de paciencia. La inmensa alegría cuando ves el resultado final está garantizada.
     Lo que me gustó de la experiencia, además de aderezar con un vinagre aromático y excelente las ensaladas (hasta que se terminó, el pobre) es que me abrió el interminable mundo de la personalización, tanto en vinagres como en aceites. Alguna vez, había hecho pequeñas pruebas, pero lo tenía totalmente olvidado.
      Como ya tenemos de nuevo la temporada de cerezas, te dejo por aquí esta idea que estoy segura que si la pones en práctica, primero te sorprenderá al igual que me pasó a mí y después, quedarás encantada.
                                             

                                              

 - Lavar muy bien las cerezas
 - Deshuesarlas
 - En un bote incluiremos los ingredientes al gusto: granos de pimienta, cerezas y vinagre.
 - Tapar bien el bote, guardar en lugar seco y oscuro y esperar tres semanas.
 - Pasado el tiempo de maceración, colar el vinagre y dejarlo en el recipiente definitivo.

 
      Bueno, pues ya lo tenemos listo, ahora sólo quedar disfrutarlo allí donde haga falta un buen aliño.
      Gracias a mi querida Silvia {Chup Chup Chup} por haberme recordado este tipo de aderezos, los fáciles que resultan y el sabor tan especial que dejan en nuestras recetas.      
     Silvia, me gustaría contarle al mundo entero las cosas tan ricas que siempre se cuecen en tu cocina y lo que me gusta ir y disfrutar de todas tus recetas.
   
                  Eso es todo por hoy, te veo en unos días, hasta entonces sé feliz.

Pizza Bianca / Pizza Blanca

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      Cuando mi hija era pequeña no comía pizza. ¿Que extraño, verdad? cuando todos los niños se pirran por ellas.
      Y un buen día descubrimos el por qué. Estábamos pidiendo una  para los hermanos y tras insistirle para que ella hiciese lo mismo, nos desveló el misterio: no le gustaban las pizzas porque llevaban to-ma-te.
      Paradojas infantiles, porque mi hija viviría pegada al bote del tomate frito.
 
      Preguntamos si la podían hacer sin él, y cuando la trajeron, fue un visto y no visto. Claro que mi cuñada y yo, colaboramos activamente, porque al probarla nos encantó el descubrimiento.
      Tanto es así, que desde entonces y siempre que tomo la pizza con éstos ingredientes, nunca se lo añado.


       Pedir una pizza sin tomate, os aseguro que en según que sitios, sigue siendo cuando menos, chocante.
      El colmo fue en una ocasión, que tras tomarnos nota, tanto le debió de contrariar al cocinero, que lo vimos llegar al comedor, consultar con el camarero y acercarse a preguntarnos si era cierto que la queríamos sin ese imprescindible ingrediente.
      Por tres veces nos reafirmamos en nuestra elección. Resultó una situación, un tanto chirriante e incómoda. Y por supuesto, nunca más volvimos.


      Hace unos meses me hablaron muy bien de una Pizzería que habían abierto, donde todo el personal es italiano. Así que una noche, nos pasamos por allí e hicimos un pedido para comerlo en casa.
     Oye, con qué naturalidad, dijeron mientras lo anotaban: " Pizza Bianca". Qué gusto no ver caras raras ni comentarios al respecto.


      Como ya he vuelto más de una vez, en la última ocasión, mientras esperaba la pizza para llevar, uno de los chicos entabló conversación y me dijo que en contadas ocasiones las piden blancas.
    Y añadió, que hay muchísimas pizzas, que no llevan tomate, pero que no las suelen incluir en la Carta de los Restaurantes. Y me puso el ejemplo, de las que se hornean con rúcula {me acordé enseguida de la que publicó mi querido  Ettore en su estupendo blog y que la tengo en pendientes. Id a verlo, es cocinero de los de verdad, y algún día le darán veinte Estrellas Michelín por lo menos}
     Así que me sentí menos bicho raro {risas}. Sobre todo, cuando terminó diciendo {con una acento italiano divino}: "Señora, usted sabe apreciar los sabores, el tomate los camufla en muchas ocasiones".
     Y ahora, vamos a hacerla.                               

                                                
          
     


*  En un cuenco bien grande añadimos la harina, la levadura, el agua templada poco a poco y amasamos. Añadimos la sal al final, y seguimos amasando hasta formar una bola de masa tersa, lisa y elástica.
* Enharinamos esa bola y la dejamos reposar durante una hora, bien tapada y fuera de corrientes. Éste paso es para que se relaje el gluten y podamos darle forma cómodamente. Cuando la vayamos a extender, tendremos una masa muy blanda y aireada, pero fácil de trabajar.
* Hice la masa en la panificadora, programa amasado que dura quince minutos. Pon todos los ingredientes menos la sal. Cuando falten cinco minutos para que termine, agrégala, y comprueba que la bola se despega facilmente de las paredes. La sal y la levadura, no deben tener contacto directo, afectaría al levado de la masa.
 *Si la tocas cuano haya terminado el programa, no se debe pegar a los dedos. Deja que repose igualmente, una hora.

 * Pasado ese tiempo, divide la masa en dos partes, le das forma de bola, enharinas de nuevo y deja reposar otra media hora.
 * Ya puedes formar la pizza. Empieza a desgasificar la masa con las manos, haciéndola girar, y consiguiendo la medida que quieras. En mi caso fueron de 25 cms.
 * Precalentamos el horno a 250º
*  Si te es más fácil, puedes darle la forma con el rodillo.
*  Una vez formada, la pones sobre la bandeja que irá al horno.
 * Empieza a repartir los ingredientes: queso y beicon.
 * Sigue con los dátiles y más queso.
 * Pones la pizza en el fondo del horno durante cinco minutos. Así te quedará una base crujiente y riquísima. Pasado este tiempo, sube a la posición media, bajas el horno a 200º y dejas entre doce y quince minutos más, o hasta que veas que alcanza el tueste deseado.
* Ya fuera del horno y antes de servir, añade un hilo fino de aceite de oliva y orégano por la superficie {con el corre corre de las fotos, se me olvidó ésto último}


       No tiene más complicación, siempre es fácil hacer una pizza en casa, añades los ingredientes que más te gusten y la cantidad que te parezca mejor.
      Dependiendo del día, la masa la puedes dejar más delgada, más gruesa, los ingredientes más dispersos o cargarla porque tienes mucha hambre . . . y sobre todo, nadie te censurará si la comes sin to-ma-te.

       Hace poco descubrí, gracias a mis hijos, que me encanta ir dejando los filos de la pizza, para comerlos al final, mientras los mojo en salsa barbacoa. Lo que antes les censuraba a ellos . . . .  ahora me gusta.   
      En fin, como diría mi tía Isa: " Niña, todo se pega, menos la guapura "


        Eso es todo por hoy, hasta la próxima entrada, sé feliz o al menos, inténtalo.

Tortillitas De Pan y Calabacín.

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      Nunca me gustó la tortilla francesa.
     Mientras formaba parte de la cena de muchos niños, mis huevos tenían que batirlos junto a otros ingredientes, porque a la francesa no entraba ni con castigo.
      

      Cedían porque no era caprichosa con la comida, y total, para algo que no le gustaba a la niña; pensaban que tampoco había que mortificarme de esa forma. Pero que conste, que mi generación es aquella de : . . . "NO te levantas de la mesa hasta que el plato esté limpio " o " Si NO te lo comes ahora, ya lo harás en la cena"
  
      Para convencerme, mis tortillas eran  Tortillas de Abuelita. El nombre viene porque las hacía mi abuela materna y les salían muy ricas, y aunque no llegué a conocerla, me explicaban lo que llevaba con tanta devoción, que sin probarlas, ya me iban gustando.
      No eran más que unas tortillitas preparadas con huevo batido, ajo picado, pan rallado y perejil. Estoy segura que igual la conoces por Tortillitas de Pan.
     Sin dudarlo y al ver los ingredientes, es una receta totalmente de abuela. Ellas se las ingeniaban estupendamente para combinar los alimentos cuando no había tanta variedad, y además con resultados estupendos en la mayoría de las ocasiones.


      Y yo con el pasar del tiempo, las hago igual, y también les añado calabacín rallado. Es un plato sencillo, sano, rápido, económico, muy rico, sabroso y además cunde una barbaridad. En las fotos las hay de los dos tipos ¿ a que no sabrías distinguirlas ?
      Sólo tienen un problema, se comen como las pipas, y encima no las tienes que pelar.
      Ahora, vamos a hacerlas.
 
             
    ** Con estas cantidades salen unas quince tortillitas, de tamaño . . . dos bocados**                       
       

* Vamos a rallar los calabacines y los dejaremos un rato en el colador por si tienen que eliminar agua. Si te digo la verdad, los míos nunca sueltan ni gota.
    
* Batimos los huevos y añadimos el pan rallado. Mejor añadir dos cucharadas y según veamos el espesor, agregamos o no, la siguiente.

* A continuación, llega el turno del calabacín, el ajo, la sal y la pimienta. Y aunque no aparezca en la imagen, añadimos también el perejil fresco picado.

* Calentamos una sartén antiadherente con unas gotas de aceite de oliva. Vamos dejando caer montoncitos de la masa, con una cuchara, que no sean grandes.
* Dejamos que se hagan por una cara primero y cuando veamos que se han tostado, siempre a fuego medio bajo, damos la vuelta.
    
* Tostamos por la otra cara, y sin presionar, esperamos a que estén hechas. No las tenemos que apretar, porque perderían la esponjosidad.


                                          ¡¡¡ Y ya están listas !!!

      Es un picoteo ligero o un segundo plato estupendo, espero que las hagas y que te gusten tanto como a nosotros. Disfruta del fin de semana y el buen tiempo.
      Nos vemos en unos días, hasta entonces, ya sabes, sé feliz.                                               


Bocadillo de Chocos con Pan Negro

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 El verano pasado, estando uno de mis hijos esperando la guagua {autobús} en la parada, paró un coche para preguntar dónde iba, y recogerlo si coincidían en el destino o parte del camino.
      Tengo que aclarar, que aquí es una practica habitual. Cuando ves a la gente local a la salida de los pueblos o esperando en las marquesinas, y aunque no hagan autostop, paras y preguntas. Yo lo suelo hacer también, aunque el tema autostop es algo que parece caído en el olvido ¿verdad?
   

      El asunto es que ese día precisamente, mi hijo iba de comilona a casa de un amigo y era el encargado de llevar el pan. Si sabes de mi afición, habrás adivinado que esas piezashacía apenas un rato, estaban en el horno de mi cocina.
      A los pocos minutos de estar en el coche, la chica que lo recogió no pudo evitar preguntarle qué era lo que llevaba, porque el coche olía a tahona. Y él todo orgulloso le enseñó uno de los panes, y le explicó que los hacía su madre, osea, aquí la menda lerenda.
      Como iban a estar unos cuantos kilómetros juntos y dio la casualidad que la chica era cocinera en un hotel de la isla, a partir de ahí y como no podía ser de otra forma, la conversación versó sobre comida. Le explicó una receta de gran aceptación entre sus clientes, y mi hijo muerto de risa me la contó por teléfono.


     Y el pan de hoy lo hice con las recomendaciones de ella, pues yo nunca había utilizado tinta para teñir la comida. Según le contó, en su Carta los presentan en panecillos minis y en plan gourmet.
     Las últimas palabras antes de despedirse, fueron: -" Felicita a tu madre, que esos panes no los hace cualquiera " . . . ayyyy, que me puse como un Pavo Real {risas}.
    Aunque lo típico son los bocatas de Calamares, cuando fui a comprarlos, me encontré que eran de origen extranjero, y los Chocos que estaban al lado, procedían de Huelva¿qué quieres que te diga? elegí el producto nacional.
    Vamos a hacerlos, verás lo rico que vas a comer.
     

                 

- 250 grs de Trigo.
- 125 grs Agua Templada.
- 10 grs Aceite Girasol u Oliva.
- 5 grs Levadura Seca Panadero.
- 5 grs Sal Marina Fina.
- 3 Bolsas de Tinta de Calamar o Sepia {las mías pesaban 4 grs} y quería asegurarme que el pan quedase negro de verdad.
    
- Ponemos todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora y seleccionamos el  programa de amasado {quince minutos}
- Una vez terminado, dejamos descansar la bola diez minutos para que se relaje.

- Volcamos la masa sobre la mesa de trabajo y la partimos en porciones, las mías de 70 grs.
- Al no ser una masa de alta hidratación se trabaja muy bien.

- Hacemos bolas con cada una de las porciones.
- Si, te aconsejo que utilices guantes porque la tinta en crudo mancha.
- Encendemos el horno a 50º.

- Cada una de las bolas, las ruedas un poco para dejarlas en forma alargada.
- Como ves en las fotos, han salido seis porciones.

- Con unas tijeras le haces dos incisiones profundas, si prefieres hacer otro tipo de marca, elige la que prefieras.
- Apagamos el horno, y como está templadito, en veinte minutos tenemos los panes levados.

- Ahora, cogeremos una brocha de silicona, la pasamos por agua y mojamos con cuidado dentro de cada incisión.
- Precalentamos el horno a 250º.

- Pon unas semillas de sésamo tras haber mojado con la brocha.  Las semillas quedarán bien pegadas al pan.
- Bajamos el horno a 200º y horneamos los panes durante quince minutos. Posición media;  calor arriba y abajo. Si los quieres más crujientes, pulveriza las paredes del horno o antes de cerrarlo, echa un vaso con agua en el suelo del horno, se producirá un vapor considerable.
- Sacamos los panes y enfriamos sobre una rejilla.


- Limpiamos los chocos y los dejamos cortados en tiras. Salamos.
- En una bolsa de plástico pondremos bastante harina, introducimos los chocos y damos unas sacudidas para que queden bien cubiertos.
      
- Después los pasaremos a un colador, y tras darle unas cuantas sacudidas, veremos que eliminan harina, y se quedará la justa y necesaria para freír.
          

- En una sartén pondremos aceite de oliva en abundancia.
- Para saber el momento perfecto de freírlos, añado un trozo pequeño de cáscara de limón, cuando empieza a burbujear con alegría, empezamos a añadir el pescado.
   

 - Lo dejamos hasta que alcance el dorado que más nos gusta y lo sacamos a un plato, donde habremos puesto papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite.
 

    


En un cuenco, disponemos la mahonesa que creamos necesaria. Añadimos unas gotas de limón, un poco de ajo en polvo y unas semillas de amapola.
Lista para servir.
Las semillas harán un contraste crujiente muy agradable y el color que aporta, combina bien con el pan.
Aquí va todo a juego . . . ¿será por pijerío?

      El bocata ya te lo montas como más te guste, con mahonesa en las dos partes del pan, sólo por arriba . . . pero te recomiendo ante todo, que vaya bien relleno y que esté caliente.

      Ahora te voy a contar lo que pienso del pan negro. No sabe más que a pan, la tinta de sepia en mi caso, no le aporta ningún sabor. Es tan solo una cuestión estética, pero te aseguro que sorprenden en la mesa, y de qué forma. En casa hemos tenido opiniones de todo tipo, la mía, es que pienso repetir porque me dará juego para otras preparaciones.
      Mi madre los miró de medio lado, y dijo sin ningún pudor ni miramiento: ¡¡¡ qué cosa más fea, niña !!! así sin anestesia ni nada. Y ni siquiera los pobró, alegando que con su edad, era una mujer clásica {con ochenta y cuatro años, se lo puede permitir ¿no? así que eligió un panecillo blanco.
     Por cierto, los panes son tiernísimos. Así que si el color te da repelús, no te gusta o sólo utilizas el negro para vestir . . . puedes seguir la receta sin añadir la tinta. Lo vas a disfrutar igualmente, hazme caso.
     Y para acompañar la comida, llegando este tiempo de calor, en casa no falta nunca, nuestro vaso de gazpacho casero, faltaría más.


Y eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Ya sabes, sé feliz o al menos, inténtalo.

Flognarde De Uvas Moscatel

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      En cuanto llega la época de las cerezas, la Blogosfera se da un empacho de Clafoutis. Ahora pensarás que porqué hago este profundo análisis, cuando la receta de hoy tiene otro nombre y no lleva cerezas.
            
      Pues verás, resulta que cuando las tartas que se preparan con la misma masa de las Clafoutis, pero se les añade otra fruta diferente a las cerezas, se llaman Flognarde o Flaugnarde.
      ¿Curioso, verdad? También pensé lo mismo, cuando lo leí.
      Si has hecho alguna vez creps, la masa de esta tarta te la recordará sin lugar a dudas.Y si no has comido creps, para que te hagas una idea, te recordará  a un flan suave, pero con frutas. ¿te va apeteciendo, más?      
      Como la empecé a hacer el verano pasado, y lo que tenía de sobra eran uvas  ¿recuerdas ésta Mermelada?,  esa fue la fruta que elegí para hacer éste pastel tan jugoso.
      Ya he repetido en distintas ocasiones. Sobre todo, después del día 31 de Diciembre, cuando todos nos dedicamos a comprar racimos y más racimos, como si fuesemos los encargados de hacer el reparto de las uvas en la Puerta del Sol.
      La he probado también con melocotones y albaricoques {una fruta cada vez, claro} y me ha encantado también. Pero para muestra, con la de uvas es suficiente ¿no te parece?
      Por supuesto, con ese nombre habrás adivinado que tiene su origen en la cocina gala. Y es que los franceses, también son unos buenos golosos que cuentan con verdaderas maravillas reposteriles.
       Si eres de las que disfrutas con las tartas que llevan frutas, te recomiendo que la pruebes. Es una forma sencilla de darnos un capricho dulce, ligero, fresco y nada empalagoso.
       Y si como yo, eres nula haciendo adornos, un desastre con la manga pastelera e impaciente con los detalles milimétricos, es perfecta para quedar estupendamente y sin apenas haberte despeinado.
                                     
                                         Ahora, vamos a hacerla.                                               
                                                   
    
                                                   
* Enciende el horno a 180º.
* Pon todos los ingredientes {menos las uvas y la mitad de la mantequilla} en la batidora y le das marcha. Una vez batido, lo llevas al frigo para que repose una media hora.
   
* Forra el molde con papel de horno. Siempre lo mojo para amoldarlo mejor.
  
* Lava las uvas, partiéndolas por la mitad sin llegar al final para que no se separen las dos partes.
* Quita las pepitas. Esta es la parte más entretenida.
* Coloca las uvas hasta llenar el fondo y vierte la mezcla que tenías en el frigo. Las uvas subirán a la superficie, es normal.
    
* Sobre la mezcla, coloca la mantequilla que tenías reservada en pequeños pegotes por la superficie.
* Lleva a hornear unos cuarenta minutos. Comprueba con una aguja pasado este tiempo y aunque veas que no sale totalmente limpia, apaga el horno y la dejas dentro hasta que esté totalmente fría.
                                          Ya la tenemos lista para servir.
       

* El molde que utilicé era de 15x15
* Se suele espolvorear la superficie antes de servir con un poco de azúcar glasé. Pero como tiende a humedecerse, es mejor hacerlo justo antes de servirla. A mí me gusta tal cual, con ese aire más rústico.
* Si la vas a conservar en el frigo, te aconsejo sacarla un rato antes, para que el frío no le reste sabor. Personalmente, me gusta más a temperatura ambiente, incluso comerla antes de que haya enfriado del todo.
* Con este molde salen nueve raciones como las que ves en las fotos, diría que es perfecta para cuatro personas en una sobremesa, sin que sobre nada. Tú verás si necesitas doblar cantidades.
Y eso es todo, nos vemos en unos días. Hasta entonces, se feliz, o al menos, inténtalo.
                                      

Arroz Al Horno con Verduras y Lomo

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      La receta de hoy no es el tradicional Arroz al Horno valenciano que se cocina con morcilla, garbanzos, tomate... Nooooo. Aunque la idea surgió, cuando vi el
Arroz al horno de mi querida Macu
       Lo que llamó mi atención fue la TÉCNICA de hacerlo en el horno. Y es lo que quería hoy compartir. Igual tú ya la conocías y hasta la practicas habitualmente, pero puede que haya alguien, que ande todavía sin saber lo que se está perdiendo, como me pasaba a mí.
     Cuando lo hice por primera vez, fue una gran sorpresa el resultado, porque queda perfecto {ya sabemos que los Valencianos no se andan con tonterías a la hora del punto de cocción}  En fin, que es un chollo, porque no tenemos que vigilarlo, cuidarlo, darle vuelta . . . na-da.


        Pienso que éste método es insuperable, ya que haces un arroz de Olé cualquier día en casa, y te luces a base de bien cuando tienes invitados. Tardas exactamente una hora en tenerlo listo, que suele ser el mismo tiempo en que van llegando los rezagados, tomáis unos entrantes y os echáis unas cuantas risas.
     Sobre todo me parece estupendo, porque así tú también puedes estar disfrutando tranquilamente, mientras el arroz se va haciendo solito.
     Por supuesto cada uno que lo acomode a su gusto, yo lo hice con bastante verdura porque me pierde; y le añadí una pequeña cantidad de lomo de cerdo, por contentar a mi madre y uno de mis hijos, que son carnívoros hasta decir basta.

                                                                                                         
        
  


- Ponemos el aceite en una olla a calentar a fuego vivo.
- Añadimos las verduras troceadas para sofrito: judias verdes, zanahoria, guisantes, cebolla y pimiento.
- Agregamos la sal.

- Incorporamos el perejil y la hoja de laurel.
- Dejaremos el fuego fuerte, y moveremos de vez en cuando.
 - Cuando el sofrito esté a medio hacer, agregamos el tomate triturado y la carne limpia de grasa y en trozos.
 - En este paso suelo añadirle también una bolsa de aceitunas verdes deshuesadas, pero se me olvidó, quedan deliciosas en el arroz.
 - Una vez el refrito hecho, añadimos un cazo de arroz por comensal. En total han sido cuatro.
 - Removemos bien para que quede mezclado.
 - Incorporamos el caldo del cocido casero, que estará hirviendo. { si no tienes, añade alguno preparado, ¿qué le vamos a hacer? }
 - También añadimos el vino blanco.
 - El líquido, siempre será el doble de la medida del arroz. Fueron siete de caldo y uno de vino.

 - Agregamos también la cúrcuma y movemos bien. Si no la sueles utilizar, añade azafrán.
 -  Probamos el caldo y rectificamos de sal si hace falta.
 - Volcamos el preparado en el recipiente que irá al horno. En mi caso es de barro, lo que más me gusta.
 - Lo llevamos al horno, tapado con papel de aluminio, 180º durante 45 minutos.       
 - Lo sacamos pasado ese tiempo y dejamos reposar 15 minutos.
 - Ya está listo para servir.

                                    El mío con un buen chorretón de limón ¿y tú?
   

      Eso es todo por hoy ¿a que es fácil? y muy rico. Acuérdate de hacer el arroz así la próxima vez, sin moverlo ni cuidarlo ni ná de ná y te vas a rechupetear todos los dedos.
. . . . no quedó ni un granito en el plato . . . 
   
                                 
  Hasta la próxima entrada, ya sabes, sé feliz o al menos inténtalo.

Aguacates Rellenos

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     No se si te he comentado en alguna otra ocasión que el aguacate es un fruto que me encanta, y en casa siempre suelo tener.

     Es  una pena que cada vez que he plantado alguno, no haya seguido creciendo, porque hubiéramos dado buena cuenta de todos los que hubieran ido saliendo. Pero del tamaño maceta, nunca pasaron para poder hacer el trasplante.

   Uno de mis hijos siempre dice, que sin aguacate las ensaladas son aburridas, y es que como te guste, lo encuentras imprescindible en algunos platos.

    El aguacate que ves en la foto, es de la variedad Pinkerton, que tiene un sabor riquísimo. Pero con los que he hecho la receta hoy es de tipo Hass, también con una pulpa excelente y un sabor delicioso.
En Canarias es un producto de gran consumo y su precio es asequible. Me consta que en la Península también hay unos aguacates excepcionales, con importantes cultivos en la zona de Andalucia y Levante.

     Y esta receta es tan fácil que andaba dudando si subirla al blog, pero como al final de lo  que se trata es de tener recopilado todo lo que comemos en casa, y ésta es de las habituales, hoy es la que toca.

     Me parece que además de resultar vistosa y estar cargada de vitaminas, si utilizamos las propias pieles de los aguacates, le damos un toque especial a la presentación.
                                                             
                                                      
      
    * 1 aguacate por persona, cortado en cubos.
    * 1/2 Pepino cortado en cuadraditos.
    * 125 grs Queso (Majorero Artesano en este caso) también en cubos. Desde uno blanco a un semicurado, elige a tu gusto.
    * 6 Hojas de Lechuga, cortada en Juliana
    * 1 Naranja Pelada en Vivo, y en trozos pequeños.
    * 12 Uvas Partidas en Cuartos y sin pepitas
    * Aceite, Vinagre y Sal Marina.
      Si vas a utilizarlo como picoteo, con medio aguacate es suficiente por persona. Pero si lo presentas como primer plato, como yo hice en esta ocasión, entonces necesitarás un aguacate por comensal.
      Evidentemente, las cantidades del relleno son orientativas, cada uno las acomodará a su gusto.
                                                     

       Abrimos el aguacate, lo partimos en cuadraditos con un cuchillo, y con una cuchara sopera sacamos sin dañar la pulpa.
      El resto de los ingredientes también los troceamos del mismo tamaño, y la lechuga en juliana muy fina.
      Reunimos todo en un cuenco, donde lo aliñaremos al gusto y colocamos en las mitades del aguacate antes de presentarlo en la mesa.
      Lo aliñé con Vinagre de Cerezas, que éste año ya he vuelto a hacer.
   

     Oye, y si te sobra relleno, lo colocas en una copa mona, y queda también estupendo. Aunque tengamos que llamarla Copa con Relleno de Aguacate.
  

      Y eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
      Hasta la próxima entrada, ya sabes, sé feliz o al menos, inténtalo.


         Para saber escoger un aguacate en condiciones tenemos que tener en cuenta :


  • La piel no debe estar dañada.
  • Si presionamos la piel con el dedo, debemos hundirlo un poco, esto nos dará idea de la maduración del aguacate. Querrá decir que estará para consumirlo hoy o mañana.
  • Si al apretar se nos hunde mucho la piel hacia dentro, es que está pasado, déjalo y sigue probando otros.
  •  En caso de que esté demasiado duro, creeme si os digo que es como querer apretar una piedra, si no necesitas consumirlo en unos días, puedes comprarlo y que termine de madurar en casa, siempre fuera de la nevera, a temperatura ambiente en el frutero es lo mejor. Y si le colocas al lado una manzana o un plátano, el proceso de maduración se acelerará.
  • Una vez abierto, envuélvelo bien en papel film, para evitar la oxidación, si lo guardamos con el hueso, evitaremos que haya más parte de la carne expuesta al exterior, el propio hueso le sirve de protección a esa parte que cubre. Le podemos poner unas gotitas de limón para que no ennegrezca al resto.
  • En caso que se oxide, no pasa nada, con cortar con un cuchillo la parte oxidada, listo para consumir el resto.
  • En casa siempre compramos con distintos grados de maduración, así nos da tiempo a gastar unos y que los otros vayan cogiendo su punto idóneo de maduración.
Otras recetas con aguacate:Sandwich de atún con aguacateAguacates con langostinosEnsalada preferidaSalsa Guasacaca.


E S C A L I V A D A

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En un viaje a Cataluña, conocí la Escalivada.
Mi primo Matías y su mujer Isabel, nos invitaron a cenar a un Restaurante precioso, ubicado en una antigua fábrica de piel. Las mesas estaban dispuestas en el interior de unas gigantes tinas que habían servido en su anterior vida, para curar y salar el cuero.
Con esa puesta en escena, que ya me pareció original y ejemplo de un inmejorable gusto decorativo, empezaron a llegar los platos. Y uno de ellos fue ésta rica ensalada de verduras horneadas, presentada en bandeja y con todos los ingredientes dispuestos en largas y finas tiras. En cuanto la probé, se convirtió en la estrella de la noche.
En casa siempre se ha comido el aliño de pimientos asados así que el otro día que hice una buena bandeja, también preparé otra con Escalivada. Puse un plato combinando ambas en la mesa sobre unas Tostadas, y a comer de picoteo.
     

Que con la calor que hace, cuanto menos tiempo se pise la cocina, más agradecido se nos queda el cuerpo ¿ o no ? Y si, ya se que hay que encender el horno, pero no hace falta que hagas guardia a su lado, calcula los tiempos y vete al salón con algo fresco y un buen libro. Sólo tendrás que volver, para sacar las bandejas y dejarlas enfríar. Con lo cual, hasta pasas menos calor que si tienes que encender los fuegos.
Y aunque esta ensalada sea típica de la gastronomía de Aragón, Valencia y Cataluña, con lo rica que está, también es habitual en mi cocina aunque esté unos cuantisimos miles de kilómetros más abajo. Se lo merece, porque es un todo terreno que levanta pasiones a las verduleras como yo.
                                   
             

                                      

- Precalentamos el horno a 200º.
 - Quitaremos el pedúnculo {el rabito} y las semillas a todos los pimientos.
 - Ponemos papel de horno sobre una bandeja, dejamos los pimientos y aceitamos con las manos o una brocha.

 - Las berenjenas las partimos a lo largo y colocamos con la piel hacie afuera en la bandeja del horno. Aceitamos igualmente.
- Las cebollas las partimos por la mitad y también las aceitamos.
- Los ajos los puedes asar envueltos en papel plateado o dejarlos crudos. {yo no los aso}

-Tardarán en asarse entre cincuenta y sesenta minutos. A la media hora, le damos la vuelta a todas las verduras.
- Una vez terminado el tiempo, sacamos del horno, tapamos con papel plateado para que suden.
- Igual las cebollas necesitan un poco más de tiempo, si es así déjalas en el horno hasta que estén tiernas.

- Cuando estén templadas, ya podemos eliminar la piel, como ves, sale facilmente.

- Hacemos tiras finas con el pimiento, las berenjenas y las cebollas.
- Añadimos los dientes de ajo. Los puedes trocear o dejarlos enteros para que aporten sabor, sin llegar a ser tan intenso {truco de mi amiga Nuria}
- Aliñamos a nuestro gusto con el mejor aceite de oliva, un poco de vinagre y sal marina.

- En la bandeja del horno disponemos el PAN en rodajas, que no sean muy finas {hice el pan más pequeño para que no salieran unas tostadas gigantes}
- A 250º durane cinco minutos, quedarán perfectas.
- Sacamos del horno, y repartimos la escalivada por encima. Algunos las quieren con un remate de anchoa, y otros sin nada. Hay para todos los gustos.

Como te dije antes, hice otras con Aliño de Pimientos Asados
¿te voy preparando una de cada?
       

Con unos ingredientes bien sencillos, haces unas Tostadas y un poco de variedad en el relleno y preparas una mesa de lo más atractiva para todo el que venga a sentarse a tu mesa. Lo único que quedó en el plato, fueron esas hojas de perejil que utilicé de adorno. 
Por cierto ¿has visto el tamaño que tenían ? eran gigantes.

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Y ya sabes, se feliz o al menos, inténtalo.

Otra receta que te puede interesar: Pimientos rojos en conserva.

Caballa En Conserva

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Llegó el día de publicar esta conserva. La hice el verano pasado, y esperando en Borradores, ha pasado casi un año. Ni quito, ni añado nada, espero que a alguien le sirva de guía. Es época de caballas y en unos días, repetiré de nuevo.

         El verano es lo que tiene, que da para mucho, hasta para hacer conservas de pescado.
En esta ocasión se trata de caballas. Cómo no, después de todas las que me regalaron {25 Kgs}.
Hacer conservas, es un trabajo pesado si haces mucha cantidad, pero como fui con tranquilidad, haciendo tandas pequeñas, al final he reunido una buena suma de botes sin apenas darme cuenta.
Si todo sigue su natural proceso, a partir de Octubre podré ir abriéndolos tras su periodo de reposo.
  
La satisfación que produce ir escogiendo los botes caseros, no tiene comparación en gusto y sabor con los que se compran habitualmente. Bueno, y no te cuento la cara de algún amigo, si le regalas uno y le dices aquello de : " Toma, es casero " . . . comprobado, caerá rendido a tus pies.
 Y sin más preámbulos nos metemos en faena.
     
  
* Lo primero que haremos, será cocer durante media hora en un caldero profundo los botes y las tapaderas. Tienen que quedar totalmente sumergidos. Hay quien hace este paso en el lavavajillas, programa corto.
* Os aconsejo, poner un paño de cocina en el fondo, para que no se golpeen los botes entre sí ni contra el fondo, y se puedan romper.
* Pasado este tiempo, los sacamos con ayuda de unas pinzas, pero sin manipular el interior.
* Los dejamos boca abajo sobre papel de cocina, para que eliminen toda el agua y queden totalmente secos.


      Y ahora empezamos con La Caballa.

   

* Empezaremos llenando un caldero bien profundo con agua, cuando esté templada añadimos un huevo, que se irá al fondo.
* Y ahora agregamos sal marina gruesa, hasta que el huevo salga a la superficie. Señal inequívoca de que el agua está suficientemente salada.
* Lo que hemos hecho ha sido, formar una salmuera. En esta agua salada es donde vamos a cocer nuestra caballa. Será la única sal que utilizaremos en el proceso.
* El huevo lo quitamos, ya ha cumplido su función.

* Las caballas las tendremos limpias de tripas y sin cabeza pero con las espinas. Las mías estaban abiertas y separados los lomos, porque las congelé de esta forma. Además queremos sacar los lomos enteros y así nos resultará más cómodo.
* Las sumergimos en el agua hirviendo, durante quince minutos. Fuego moderado.
* Colocamos algo de peso, pues tienden a flotar y queremos que cuezan por igual.

* Pasados los quince minutos, sacamos las caballas y dejamos hasta que estén bien frías y secas para manipularlas. Si las cuezo por la tarde, las dejo hasta la mañana siguiente. Así me aseguro que están frías y bien secas.
* Una vez frías, le quitamos primero la piel,seguimos con las partes oscuras y por último eliminamos las espinas.
* Procuramos dejar los lomos enteros o en trozos grandes. Os aconsejo que utilicéis un cuchillo bien afilado, nos facilitará el trabajo.
  

 * Como los botes ya estarán secos, empezamos el proceso de llenado.
 * Lo primero, es añadir un poco de aceite, ahora inclinamos un poco el bote para que nos sea más fácil acomodar los lomos, los más bonitos por el borde, para que se vean y en el centro, los que se nos hayan ido rompiendo y los pequeños trozos que surjan de limpiar las espinas.

 * Cuando no quepa más caballa, terminamos de rellenar el bote hasta la parte de la rosca con aceite. La caballa tiene que quedar totalmente sumergida en el aceite.
* Cerramos los botes. Si es de rosca, aconsejo cerrar utilizando unos guantes de goma, para hacer más fuerza y asegurarnos de su total cierre.


* Volvemos a llevar los botes al mismo caldero donde los esterilizamos, y los dejamos cocer unos treinta minutos con fuego moderado.
* Acordaros de dejar un trapo en el fondo para evitar choques y posibles roturas.
* El agua debe sobrepasar la altura de los botes.
* Pasada la media hora, retiramos del fuego y dejamos que se enfríen sumergidos dentro del agua. Si alguno de los botes no estuviese bien cerrado, podremos ver manchas de aceite en el agua. No pasa nada, puede estar liberando alguna burbuja de aire durante la cocción, y sellarse a continuación.
* Una vez fríos, los sacamos, secamos muy bien y ponemos boca abajo para comprobar, de nuevo, si hay alguna fuga.
* Los dejamos así unas cuantas horas. Si hago este paso por la noche, lo dejo hasta el día siguiente.
* Si algún bote tuviese fuga, no pasa nada, se le cambia la tapa y se esteriliza de nuevo.

* El aceite lo veremos turbio, es normal. Esto ocurre por la cocción con los jugos del pescado, pero pasado unos dos días se volverá totalmente transparente.
* Ya tenemos lista nuestra caballa en conserva. Lo mejor es poner la fecha al bote y ya sabes, hay que esperar tres meses para consumirlo. Lo guardaremos en un sitio oscuro y a ser posible con temperatura constante.
* Aconsejo que no sea en un mueble de la cocina que esté cerca del horno, o un termo por ejemplo. Son detalles que pueden dar al traste con la conserva, después de haber hecho todo el trabajo.
Siempre que he hecho conservas, ha sido con aceite de oliva. Pero unos días antes de hacer ésta, hablando con una amiga del norte, me dijo que en su casa las conservas se hacen siempre con el de girasol para no restarle sabor al pescado. Y que una vez abierto, cuando vayamos a utilizarlo, si queremos es entonces cuando le podemos añadir el de oliva.
Así que por esta vez seguí su consejo. El resultado fue estupendo. Nos duraron los botes hasta Enero, y los disfrutamos a base de bien.
            
Y eso es todo amigos, espero que si no habéis hecho nunca conservas, os animéis.
No es difícil, pero es importante seguir los pasos de higiene, esterilización y cocción, para evitar algún tipo de contaminación.
   Os va a encantar ir abriendo botes hechos por vosotros.

Zoque Malagueño

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No tengo ninguna duda en afirmar, que los gazpachos están presentes en muchas de nuestras mesas durante el verano.
Desde que llega el calor, lo cierto es que apetecen. Y bien espeso como sopa o más aguadito en vaso, te lo tomas bien fresquito y te quedas en la gloria. En casa suelo hacer el clásico y si te digo la verdad, aunque de unos años para aquí, los chefs han ido popularizando las recetas con la inclusión de frutas como sandía o cerezas, en éste sentido soy poco innovadora y al final siempre me decanto por el gazpacho tradicional.
Ésta variante es nueva para mí, pero no en Málaga y su provincia. Allí es todo un clásico.
           

Desde que lo vi en el blog de mi querida amiga Sonia {Cocinando voy, Recetando vengo} me lo llevé al rincón de pendientes inminente. Y tan inminente como que al día siguiente ya lo tenía hecho. No fallé en el pronóstico, está delicioso y lo he repetido muchos días.
Así que Sonia, nuevamente darte las gracias por compartir la receta. Sabes que me encanta tu cocina y que no es la primera receta que nos hemos copiado, ni será la última ¿verdad?
Lo más característico de este gazpacho, es que se utilizan verduras de color rojo: tomate, pimiento rojo y zanahoria. No lleva cebolla, aunque si ajo; y el añadido del pan le aporta una cremosidad, que junto con un aceite de oliva virgen, hace las delicias del más pintao.
La palabra zoque, proviene del árabe " suqat " que significa deshecho u objeto sin valor. Haciendo seguramente alusión a la utilización del pan duro como integrante de la receta.
                                

       

                 
    
- Lavamos bien las verduras.
- El pan lo remojamos en agua.
- Pelamos y troceamos las zanahorias, los tomates los partimos sin pelar, al ajo le eliminamos el centro.
- Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora.
- Le damos marcha hasta que veamos que queda bien batido.
           

- Pasamos la mezcla por un colador fino, ahí quedan todas las semillas y pieles.

- Volvemos a poner en el vaso de la batidora, parte del líquido colado.
- Añadimos el aceite, y batimos. De esa forma, emulsionamos el aceite.

- Volcamos la mezcla de la batidora con el resto del zoque y movemos para mezclar.
 
- Rectificamos de sal y vinagre.
- Vemos si está bien de espeso o le añadimos más agua.
- Llevamos al frigo, hasta el momento de servir.
                    Ya tenemos el rico ZOQUE MALAGUEÑO listo para alegrarnos el día.

* Para este tipo de preparaciones, unos buenos tomates rojos, maduros y carnosos son imprescindibles. Y ahora en verano, podemos disfrutarlos con sabor a tomate de verdad, y no a plástico, por mucho que dispongamos de ellos todo el año.
* El espesor lo eliges tú. Puedes servirlo en vaso, simplemente añadiendo más agua. O también en tazón con guarnición. A mí, me encanta acompañarlo con frutas troceadas: uvas, melón o manzana.
* La guarnición más clásica, como jamón, huevo duro y pan, también es otra estupenda opción.
* Te aconsejo que lo cueles siempre, la textura fina que consigues es mucho más agradable de comer.
* Antes de llevarlo a la mesa, pongo el recipiente con el zoque dentro del congelador una media hora, que bien frío es como más rico está. Y no se te olvide removerlo antes de servirlo.

 No te lo pierdas, merece la pena, y mucho.
Nos vemos en unos días. Espero que seas feliz o al menos, inténtalo.

Clafoutis con Crumble

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¡¡¡ Qué mala madre soy !!!

Por reírme un rato, le he dicho a mi hija que lea el Título de la Entrada. Y como tiene frenillo, no te digo lo que ha salido por esa boquita, aunque lo ha intentado en tres ocasiones. De todas formas, aunque puedas pronunciarlo bien, el nombre tiene migas porque parece un trabalenguas, pero lo que importa es que está bien rico.

No se si os pasará como a mí.
Pero algunas veces voy haciendo acopio de recetas con algún producto de temporada, como en éste caso las cerezas; y cuando llega el momento de "meterles mano" en la cocina, me emociono tanto con las primeras que compro, que parezco una niña indecisa delante de un puesto de chuches, y al final . . . no sigo ninguna en concreto porque quiero hacerlas todas a la vez.

Pues eso es lo que ha ocurrido en esta ocasión, que pensé hacer el típico Clafoutis porque me encanta la textura, pero en el momento de añadir la mantequilla la sustituí por unos quesitos, acordándome del sabor tan rico que dejan en los pasteles.

Y para rematarla, terminé acordándome de unas tartas de frutas con Crumble, que venden cerca de casa y están de muerte. En fin, que con tanto "acordamiento"ésto es lo que salió; un casi Clafoutis con Crumble.

No voy a perseguirte de rodillas para que la hagas, porque no es mi estilo. Pero si te pido porfavorporfavorporfavor, que no te la pierdas porque esta riquísima. Además es tan sencilla que casi no pongo ni el paso a paso, pero si . . . lo hice para tí.
                                

 
- 2 Huevos L
- 50 grs Azúcar de Abedul ó {50 grs de azúcar blanca}
- 50 grs Harina de Trigo.
- 60 grs Quesitos Tipo El Caserio {4 quesitos}
- 100 grs Leche Entera.
- 300 grs Cerezas sin Hueso.
- 40 grs Galletas sin Azúca Gullón ó {Digestive, si las utilizas normales}
- 50 grs Mantequilla con Pizca de Sal.   
              
   


El Clafoutis es una tarta aflanada de origen francés, también de fruta. Para que se llame así tiene que llevar cerezas, en caso de llevar otra fruta, pasará a llamarse Flognarde.
Lo característico es que se horneen la cerezas con el hueso ya que aporta sabor al pastel. Pero yo, soy comodona por naturaleza, así que elimino todo lo que me pueda entretener y molestar una vez puestos a comer. Me pasa con las almejas y gambas en el arroz, o las espinas de pescado en los guisos.
El Crumble es un pastel de origen inglés que lleva fruta. La parte superior va cubierta con migas, hechas con harina, azúcar, y mantequilla; aunque hay otras versiones donde se añade copos de avena y almendras laminadas. Y la que hice yo, que es con galletas y mantequilla.
Ahora se han popularizado mucho y es normal verlas por los blogs, pero cuando hace unos quince años comí mi primera tarta con esas migas tan rica por la parte superior, era un tipo de repostería bastante desconocida. Ante aquél descubrimiento repostero, casi me zampo una de golpe.
Evidentemente mi crumble no está hecho al más estilo purista, porque derretí la mantequilla, y se tiene que trabajar con la mantequilla bien fría.
Y dejo ya de hablar, que estoy hoy bastante charlatana, pasamos a hacerla.
            



- Vamos a deshuesar las cerezas con mi deshuesador último modelo: Utilizaremos la parte transparente de un bolígrafo tipo Bic. Por el lado opuesto al rabito de la cereza, presionaremos el tubo del boli y el hueso saldrá facilmente. Repetimos tantas veces, como cerezas necesitemos.

- En la batidora, pondremos todos los ingredientes, menos las galletas, la mantequilla y las cerezas.
- Dejamos el preparado, una hora en el frigo para que se asienten los sabores.
- Colocamos las cerezas deshuesadas en el fondo de un molde desmoldable {el mío de 18 cms y el fondo forrado con papel de horno}

- Pasado el tiempo de reposo, volcamos suavemente la mezcla sobre las cerezas y llevamos al horno precalentado a 170º. Posición media, entre 30-35 minutos.
 
- Derretimos la mantequilla {30 segundos en el micro serán suficientes} y añadimos las galletas troceadas.
 - Nos ayudamos de una cuchara para presionar un poco y movemos hasta conseguir una papilla.
 
- Una vez horneado, le ponemos las migas de galletas por encima y llevamos al horno sólo la parte del grill, durante 10 minutos a 250º, posición alta.
- Procuré dejar gran parte de las cerezas sin cubrir con las migas, para que se viesen, mejorando el resultado final.
 - Dejamos enfríar sobre rejilla y lista.
  


- Cuando compruebes el punto de cocción, aunque la aguja salga un poco manchada, saca la tarta del horno.Todavía le queda diez minutos al grill para que se tueste el crumble de galletas y mantequilla, y se haría demasiado. Mientras va enfriando, aún endurece algo más.
- Con estas medidas, da para cuatro porciones hermosas.
- Te recomiendo que la comas templada o a temperatura ambiente. Pero si tienes que conservarla en el frigo, o hacerla con antelación, déjala con el crumble sin hornear, y hazlo antes de presentarla en la mesa. Estará bien crujiente, y mucho más rica.
- Si te gustan las cosas dulces, agrega 50 grs más de azúcar de abedul o azúcar blan si es la que utilizas. Con la cantidad que indico, son perfectas para mí, pero a los golosos les puede parecer insuficiente.
  

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Se feliz o al menos, inténtalo.

Reuben Sandwich

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Este Sandwich lo conocí mientras veía una serie americana de policías.
Ya sabemos todos, el porrón de horas de vigilancia que tienen que hacer dentro del coche, y la ingente cantidad de cafés que se toman; acompañados de Donuts, Sandwiches y Hamburguesas.
En esta ocasión no dejaban de repetir lo rico que estaba el Reuben cada vez que daban un bocado.
Yo no había oído hablar de éste sandwich en la vida, y las ganas que me entraron de probarlo fueron enormes. Así que me puse manos a la obra buscando información y qué ingredientes iba a necesitar. Tardé casi un año en hacerlo por primera vez, para que después me digan que soy una impaciente. Y a día de hoy, te puedo asegurar que es uno de mis preferidos.
Traigo la versión fácil.
Lo más importante, es que en la serie tenían razón: el Sandwich está francamente rico.

Y ahora te cuento un poco de su historia:
 Aunque existen distintas versiones sobre su origen, allá por el año 1.920; la más aceptada es la que se le atribuye al propietario de una tienda de ultramarinos de Nebraska, llamado Reuben Kulakofsky. Por lo visto, se organizaban semanalmente unas partidas de póker en un Hotel cercano; y en ésta tienda se encargaban de hacer los sandwiches para los jugadores. El Hotel se llamaba Blackstone y el dueño del establecimiento también asistía a las timbas. Tanto gustó entre los participantes del juego, que se incluyó en el menú del Hotel.
De ahí partió la fama del Reuben Sandwich. ¿No te recuerda ésta historia a la invención del Conde de Sandwich? También surgió todo alrededor de una mesa de juego.
                                                
                   


- Pondremos la lata de Corned Beef en la nevera, para poder cortar los filetes con mayor facilidad.
 - El Chucrut que vayamos a utilizar lo dejaremos en un colador para que elimine el líquido. De todas formas, yo lo apreté un poco entre las manos antes de añadirlo al sandwich.
 - Hacemos la Salsa Mil Islas: Unas cucharadas de mayonesa, un chorretón de ketchup y encurtidos cortados muy pequeños {en mi caso fueron aceitunas y pepinillos}. Puedes incluir cebollino, rabanitos, cebolla y también pimiento.
 - Remover todo y reservar.
 - Disponemos las dos lonchas de pan. Tiene que ser un pan consistente por el relleno que va a llevar. Te aconsejo un tipo payés, talega o pan cateto. O un pan de sandwich casero, denso.
 - Untamos generosamente el pan con la salsa.
 - Vamos cortando la carne en filetes y colocando una cantidad generosa sobre el pan.
 - Añadimos las dos lonchas de queso.
 - Colocamos encima el Chucrut bien escurrido. También hay que ser generosos.
 - Encendemos el horno a 250º.
 - Cerramos el sandwich y untamos las dos caras externas con mantequilla.
  - Colocamos el sandwich sobre una bandeja de horno y lo llevamos a una posición alta, durante diez minutos a 250º. También lo puedes hacer a la plancha, pero para hacer varios a la vez me resulta más cómodo así. Y sinceramente, me gusta más el acabado final.
  Listo para servir.
                                      Cómelo recién salido del horno, está delicioso.
                                        
- El sandwich original lleva el pan de centeno, y aunque me encantan los panes integrales, en esta ocasión, prefiero utilizarlo blanco. Lo hice así la segunda vez y para mí, quedó perfecto.                - Evidentemente si la carne la hiciéramos en casa, estoy segura que ganaríamos en sabor. Pero no pensaba enredar tanto en la cocina como para ir haciendo salmueras y guisos que no acostumbro. Y realmente, la carne enlatada está sabrosa {Confieso que la compré por primera vez para hacer el sandwich}. Pero ya suelo tener una en la despensa "por si acaso". El Corned Beef es carne de ternera curada en salmuera y después hervida a fuego muy lento en vinagre y especias.
- También se puede utilizar Pastrami en vez de la Corned Beef, y ese embutido lo puedes encontrar facilmente al corte, en la sección correspondiente del super. La diferencia con el Corned Beef es que el Pastrami es ahumado.
   

- Con el Chucrut te digo lo mismo, habrá quien lo haga en casa, pero aquí es fácil encontrarlo enlatado en cualquier supermercado, y no creo que merezca la pena andar fermentando col, principalmente porque no es un producto que utilicemos habitualmente. Y como te sobrará, te recomiendo que lo pruebes con salchichas alemanas, está francamente delicioso. También, puedes congelarlo.
- La Salsa Mil Islas {Thousand Island} es fácil de hacer y la puedes personalizar al gusto. Comercialmente la puedes encontrar también en cualquier super en la zona de salsas.
- Pensaba antes de probarlo, que iba a ser un sandwich de sabor fuerte, pero te aseguro que aunque los ingredientes por separado tienen su personalidad, reunidos entre el pan, quedan delicosos, jugosos y sorprendentes. Sin sobresalir el sabor de ninguno especialmente.
- Si buscas imágenes de éste sandwich por internet, verás que el relleno es tremendamente grande, yo lo he adaptado a mi gusto. He rebajado el contenido, para poder comerlo con comodidad.
Sólo de ver esos sandwich tan brutales, se me pasa el hambre.
       
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Espero que seas feliz o al menos, lo intentes.

Aliño de Judias Verdes.

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 Hoy te traigo una de mis comidas preferidas. Y llega con mis eternas dudas, porque al ser tan sencilla dudaba si subirla al blog.
No te haces una idea lo que disfruto ante un plato como éste que ves. Y estando nuevamente inmersos en otra ola de calor, lo que apetece y todos agradecen son platos fríos.

Según los gustos en cada casa, se le suman o restan ingredientes. Nosotros si lo tomamos como plato único, en la cena, o tras volver de la playa; le añadimos atún para hacerlo completo. Si por el contrario, lo convertimos en primer plato o acompañamiento de carne o pescado, logicamente lo obviamos. 

Este Aliño de Judías Verdes, lo comemos ahora durante todo el año. En casa de mi madre, recuerdo que cuando llegaba la temporada, a mi tía Isa le gustaba tanto y lo hacía tan a menudo  que terminabas de Judías un poco cansada. Eran otros tiempos y en el mercado no se encontraba ciertos productos de la huerta todo el año. Tampoco era costumbre tenerlos congelados, el boom de los arcones y ese sistema de almacenamiento casero llegó años después.
Ahora la pesada podría ser yo, porque no me canso de comerlo.

Los días de más frío, se toma a temperatura ambiente, y casi te digo que me gusta más aún.
En los plato sencillos, lo que hay que cuidar con mimo es la calidad de los ingredientes. Y ahora, tanto las judías como los tomates, están espectaculares.
Cuenta además, que lo puedes dejar preparado, listo para aderezar en el último momento.
Vamos con la receta.


                                    
De estas Salinas Marinas, viene toda la sal que utilizo en casa.
                                  
                                                                     
   

- Pela las papas y las partes en trozos, que no sean muy grandes, pues las vas a cocer con las judías, así tardarán el mismo tiempo.
- A las judías le eliminas los hilos y las partes en trozos. Las mías las congelé ya sin ellos.
- Pon agua a calentar en un caldero amplio y añade sal, cuando el agua rompa a hervir, mete las papas y las judías.
- Tardarán unos quince o veinte minutos en estar listas. Tendrás que probarlas para comprobar. Si tienes tiempo, te aconsejo que las hagas al vapor. Es como acostumbro a hacerlas, aunque ese día se me echó el tiempo encima.
 
- Cuando estén cocidas, déjalas en un colador para que templen y eliminen el agua.

- Mientras cuecen las judías, pon en otro caldero, sal y en el agua fría añade los huevos.
- Una vez el agua empieza a hervir, los dejas diez minutos. Después quitas el agua y los refrescas.

- Una de las yemas, la necesitas para hacer el aliño.
- Déjala en un cuenco, y añade el aceite, vinagre y sal.

- Con un tenedor, aplasta la yema y después, bate el conjunto como si fueses a hacer una tortilla.

- Pela los tomates y partelos en rodajas finas, los huevos los pelas y los partes de la misma forma.
- En un plato o fuente, coloca todos los ingredientes de forma armónica, añade el aliño por encima y ya está lista para servir.


     Y eso es todo por hoy ¿fácil, eh? y qué rico estaba.

Nos vemos en unos días, y espero que seas feliz o al menos lo intentes.

Huevos Rellenos de Jamón

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La cocina nunca estuvo entre las aficiones ni obligaciones de mi madre. 
Pero siempre le ha gustado comer bien.
En casa quien se ocupaba de cocinar, como ya he contado en otras. ocasiones, era mi tía Isa. Y así fue toda la vida, hasta que se hizo mayor y dejó de hacerlo. Pero mi madre ha sido siempre una estupenda  <Recolectora  deRecetas>.  Cada vez que ha tenido oportunidad, allí donde ha ido y probado algún plato o postre nuevo, llegaba a casa con la receta anotada para mi tía.
A los pocos días, la teníamos en la mesa. Y si gustaba a todos o la mayoría, se escribía con más detalle en su Cuaderno de Recetas.



Aunque de vez en cuando, decía: " Hoy voy a hacer  . . . "   y creaba espectación.
El otro día, preguntó si queríamos Huevos Rellenos. Como está mayor y no la dejo trastear mucho en la cocina, al día siguiente compré los ingredientes necesarios para hacerlos de nuevo.
En esta ocasión, he sido tan solo la Pinche y Fotógrafa.
Las risas de mi madre cada vez que ve acercarse la cámara a los ingredientes, no tiene precio.
Éste es uno de sus platos estrellas. Nada difícil, aunque un poco más laborioso y de los que gustan a todo el que lo prueba.
                                                    
                  



- En un caldero con bastante agua, introduce los huevos.
- Añade una Cucharada de Sal Marina, para que después se pelen facilmente.
        

- Cuando el agua empiece a calentar, le añades un chorretón de vinagre. En caso de que alguno se abra, evitará que se salga el contenido.
- Con una cuchara, forma un remolino dando vueltas en el agua, así se centrarán las yemas.
- Desde que rompa a hervir el agua, los dejas cocer diez minutos.
 
- Pasado ese tiempo, los sacas y dejas que enfríen antes de pelarlos.
- Mientras, puedes ir picando el jamón, lo tienes que dejar bien pequeño.
 
- Una vez pelados los huevos, separa las claras de las yemas.
- Las yemas las aplastas con un tenedor. Las claras las reservas.
 
- En una sartén pones un poco de aceite de oliva.
- Añade una Cucharada de harina y la tuestas.

- Agrega la leche, poco a poco, igual no necesitas el vaso entero. No queremos hacer una bechamel con relleno, sino más bien un "pegamento" para el relleno.
     
- Añade las yemas y el jamón picado, mueve bien para integrarlo.
- Si ves que está demasiado espesa, agrega un poco más de leche. Tiene que quedar una mezcla untuosa pero no líquida. Además mientras va enfriando, espesa más.
- Rectifica de sal si hace falta.
 
- Deja templar el relleno.
- Una vez templado, empieza a rellenar los huevos. Tienes que darle la forma de un huevo entero, utiliza las manos, es más fácil así.
- Los pasas por huevo batido.
    
- Después los pasas por pan rallado y asegurate que queden bien cubiertos, para que al freírlos no haya fugas.
 
- Pones abundante aceite a calentar.
- A fuego medio, empieza a freírlos. Deja la cara del relleno arriba, y con una cuchara sopera vas echando aceite por encima.
- Cuando tengan un bonito color, se dejan sobre papel de cocina.
  
Ya están listos para servir.
               
Nos vemos en unos días, espero que hasta entonces seas feliz, o al menos, lo intentes.


Pollo al Limón { Estilo Chino }

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No soy la única que piensa que la Cocina China está bien rica, o al menos la que preparan aquí.
Aunque tengo mis dudas si en su país, los platos se parecen en sabor y presentación. Incluso si existirán muchos de ellos. 
Tampoco seré la única a la que no le hace mucha gracia comer en dichos Restaurantes. Los motivos bien diversos, pero sobre todo las dudas que me genera pensar si estará hecho de forma correcta, la higiene es la esperada o los productos son de calidad.
Si te soy sincera, cuando se tercia ir a uno, tiene que ser siempre al mismo. Lo conozco hace más de quince años, tienen la cocina externa y ves al cocinero mientras prepara los platos.
Además está limpio como los chorros del oro. 
A otro, no entro ni a tiros.
                   
El pollo de hoy está especialmente hecho para mi hija. Y a ella le gusta en trozos pequeños y con esas pequeñas semillas de sésamo como toque final.
  Lleva unos meses que le ha dado por la vidaasiática: vídeos, shows, realitys, programas, música . . . en fin, cada loco con su tema, que dijo aquél. 
La única ventaja que le veo a esta nueva afición, es que al ir subtitulados en inglés, aprende de paso vocabulario, pero me tiene la cabeza como un bombo. Ahora mismo de fondo tengo una canción K-pop  mientras hago la entrada. Casi, casi ya hasta sé corearla.
Y sobre todo, me parto de risa cuando veo su móvil con esos cantantes, y me cuenta lo guapísimos que son. Con cara escéptica la miro, no puede ser de otra forma, lo siento.
Y siempre le digo lo mismo: ¿Pero cómo puedes decir que son guapos? No es por nada, pero sus grupos musicales, los componen unos tíos totalmente andróginos e imberbes, y salvando los años, las distancias y las modas, no tienen ningún atractivo ni sex-appeal.
Y si tú los vieses, me darías la razón.
Pero como se suele decir, para gustos los colores ¿verdad? Y cuando se tienen hijos, como dice mi amigo Manolo, hay además que tener la boca bien cerrada. Sobre todo porque aquello de
¿No quieres sopa? Pues toma dos tazas . . . se cumple a la perfección.





- Limpia las pechugas de grasa y telillas.
- Las partes en tiras. Salpimenta.

- Vuelve a partir las tiras, haciendo trozos pequeños, que sean de bocado.
- Bate el huevo en un cuenco amplio y deja las pechugas macerar un buen rato.

- Prepara en un cuenco la Maizena para rebozar los trozos.
- Sacude el exceso de harina antes de freírlos.

- En una sartén, pon abundante aceite a calentar.
- Ve friendo los trozos de pechugas a fuego medio. Dejalos hasta que tengan color dorado. Tardan más que con la harina de trigo.
- A medida que los vas sacando, dejalos sobre papel absorbente para eliminar el extra de aceite.

- Coloca los trozos en una fuente, plato o cuenco y baña con la salsa.

                                                 
                                             

- Añade el zumo de limón, el vinagre, el azúcar y la maizena {desleída en el agua fría} en un cazo a fuego medio.
- Deja que hierva un minuto sin dejar de mover, que con el azúcar se puede pegar.
- Añade colorante o cúrcuma para darle un tono más vivo a la salsa {opcional}. Mueve hasta que veas que está bien integrada.
      Ya está lista.

                             
 -Cuando termines de hacer el pollo puedes ponerlo todo en un cuenco amplio, añadirle salsa y remover hasta que veas que el pollo está bien bañado. De esa forma se ablandará el rebozado. Queda igual que el de los Restaurantes.
 - Si le vas a añadir el sésamo, hazlo antes de presentar el plato.
 - La salsa, al llevar Maizena, tiende a espesar a medida que enfría. Si te sobra salsa, la puedes guardar en un bote y añadirle un poco de agua, calentándola en el micro antes de servir.
- Si no vas a consumir todo el pollo, puedes dejar los trozos macerados en el huevo, bien tapados hasta el momento de freírlos. Los preparé por la mañana: hice al medio día y el resto, los terminé para la cena.
- Acompáñalo de lo que más te guste, en este caso un simple arroz blanco, que mezclado con el pollo y la salsa, resultó delicioso.
                                     
   Y estas pechugas tan molonas, se las he cogido a mi querida amiga Macu.
 {Recetas de Macumani}. No puedo más que echarle flores porque se lo merece Es buena gente, cocina de miedo, te ríes cons sus entradas y además que la quiero un webo, y ella lo sabe.
Nos vemos en unos días, hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.

** Otras recetas del blog que te pueden interesar para completar el menú del día:
- Arroz Tres Delicias y Rollitos Primavera.
- Salsa Agridulce
                                                        

Limones Encurtidos { Estilo Marroquí }

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Hace unos años, mientras cotilleaba en la tienda de productos halal que frecuento, me encontré un bote sorprendente, porque lo único que contenía era un limón.
Me quedé a cuadros, ya que al leer los ingredientes, no entendía que aquél preparado artesanal que tan solo llevaba sal, agua y limón; alcanzase un precio tan alto. Lo dejé bien colocadito en su estantería y salí por la puerta, con la firme decisión de averiguar para qué se utilizaba y sobre todo, cómo podía hacerse en casa.
Estos Limones Encurtidos o Confitados como también se les conoce, son parte imprescindible de muchas recetas de la cocina marroquí. El otro día que estaba haciéndolos de nuevo, caí en la cuenta que aún no te los había enseñado, y aquí estoy poniendo remedio. Más fácil no puede ser, con unos simples pasos y un poco de paciencia {por el periodo de espera}, los tienes preparados. El Pollo con aceitunas y limón encurtido, que es como yo lo he comido, está escandalosamente rico.
Como los limones hay que tenerlos un mes hasta que podamos emplearlos, dentro de unas semanas volveré con la próxima receta.
Pero no pierdas el tiempo, y ponte con las manos en el limón.
Existen tantas recetas como arena en el desierto, la mía es sin duda, la más simplona, pero me da buen resultado y me encanta como quedan.

 
Hay quien prepara unos grandes botes llenos de limones. Pero personalmente, prefiero hacerlos en botes pequeños, donde sólo quepa uno y bien ajustado. El motivo es práctico, si no voy a utilizar más en la receta, los demás siguen tranquilos en su salmuera y no se exponen innecesariamente. Aunque una vez curados, duran meses en perfecto estado.
 Necesitas unos limones con la piel fina y libres de productos químicos. En caso de no poderlos conseguir, lávalos a conciencia y frótalos con vinagre o con algún producto desinfectante especial para la comida; terminando con un aclarado prolongado.  Date cuenta que lo que vamos a comer es la piel. Al encurtirla, ésta quedará blanda y una vez bien lavada para desalarla, el sabor será suave pero intenso.
Una pura delicia, la verdad.



- Parte el limón por la mitad desde la parte del pedúnculo, pero sin llegar a separarlo, deja dos centímetros sin cortar en la base.

 - Gira el limón y corta de la misma forma, ya tienes hecha las cuatro partes.


 - En un bote de cristal, esterilizado, pon una cucharadita de sal gruesa.


 - Introduce el limón y mientras con una mano fuerzas con los dedos los cortes que has hecho, con la otra, vas rellenándo con sal fina generosamente.

 - Poco a poco, termina de rellenarlo.
  
  - Deja bien cubierto, con otra cucharadita de sal gruesa.
  - Templa agua y la viertes por encima, hasta que llegues al borde.
         
 - Tapa bien y le das la vuelta al bote.
 - Durante los tres primeros días, cuando te acuerdes, giras el bote, y alterna {una vez tapa arriba, la siguiente tapa abajo}.
 - Guardalo en la oscuridad, y a esperar.



- Los limones se utilizan tanto en las recetas dulces como saladas, pero de momento yo sólo los he utilizado en preparaciones saladas de carne.
- En cada ocasión he necesitado un limón, por lo que una vez abierto, aunque he leído que dura bastante, no lo he comprobado.
- Cuando los vayas a utilizar, tienes que lavarlos en abundate agua, pues evidentemente están muy salados.
- No utilices sal en el plato que estés preparando hasta el último momento. El limón aporta bastante sabor y tras cinco minutos integrado en la receta, podrás probar si necesitas aderezarla más aún.   
-Éstos de la foto, están recién hechos, por eso puedes distinguir perfectamente la sal. Ahora, los tengo guardados en un armario, en la oscuridad y tranquilos, haciendo su reposo.

 Dentro de un mes te los enseño ¿vale?  

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. Hasta entonces sé feliz, o al menos, inténtalo.

Tiramisú

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     Para despedir el mes de Julio, vengo con uno de mis postres preferidos. 
 Es de origen italiano y desde los años cincuenta que se viene haciendo, goza de una merecida popularidad internacional.
     Se le atribuye la creación a los cocineros de los burdeles de Treviso ( parte Norte de Italia) . En aquellos años de posguerra la " Madame " del burdel, ofrecía como cortesía, porciones de este pastel tanto a sus chicas como a los clientes con la expresión "te tira su" que por lo visto en lengua véneta significa algo así como "que tira hacia arriba" . . . vamos que te levantaba el ánimo.
         
     Al principio sólo llevaba cinco ingredientes: huevos, azúcar, savoiardis, café y cacao. Después se fue modificando y se terminó agregando el queso mascarpone, licor e incluso nata. Así que no se puede decir que exista una única forma de hacerlo, puesto que como todos los platos en la cocina tradicional, cada uno le da su toque.
       
     Lo que si es cierto es que el Tiramisú cruzó fronteras por lo rico que está y lo fácil que es hacerlo. Y la única explicación del porqué remoloneo tanto para prepararlo más a menudo, con lo que me lo reclaman en casa . . . es en realidad porque no sé cuándo dejar de meter la cuchara.
Me vuelve loca este postre.
                                                                                                        
                                                

  

* Empezaremos haciendo el café, para que vaya enfriando.
* Separamos las claras de las yemas. La forma más sencilla de hacerlo es poner el huevo sobre la mano, y con los dedos un poco separados, la clara va cayendo.


 * Batimos las yemas con cinco Cdas. colmadas de azúcar hasta que blanqueen. Si lo haces con varillas eléctricas es mucho más cómodo.
 * Lo habitual es añadir una Cda. colmada de azúcar por cada huevo. Si eres muy goloso, añade una más.
* Por otro lado, batimos las claras con una pizca de sal, tienes que parar cuando estén bien firmes. La tercera foto es del cuenco boca abajo, para que veas qué consistentes quedaron.
* Reservamos en el frigo.
* En el cuenco donde hemos batido las yemas, añadimos la mitad del queso mascarpone.
* Batimos hasta que nos quede una mezcla lisa y cremosa.
* Añadimos la otra mitad del queso y repetimos la operación, batimos hasta dejar una crema lisa.
* El siguiente paso es incorporar poco a poco las claras batidas a la crema anterior. Lo haremos con movimientos envolventes, de abajo a arriba, para que no pierda mucho aire.
* Estará lista cuando nuestra crema quede lisa.
   
* Y empezamos a montarlo.
* En el café disolvemos dos Cdas. de azúcar y el licor (yo no le puse para que pudieran tomarlo todos).
* En la bandeja donde lo vamos a montar, pondremos en el fondo una capa de crema.
* Mojamos los savoiardis (bizcochitos duros que ves en la foto) por las dos caras en el café y los vamos disponiendo en la bandeja de forma ordenada y sin que queden huecos.

* Pondremos una capa bien generosa de nuestra crema sobre los bizcochos.
* Repetimos la operación de mojar los bizcochos y disponemos una segunda capa.
* Y una vez terminada la segunda capas de bizcochos, volcamos el resto de la crema y alisamos bien la superficie.
* Si quieres hacer una tercera capa, utiliza un molde más pequeño y pon tres capas de savoiardis, que es lo más habitual.
* Ya sólo queda espolvorear con cacao amargo por encima y llevar al frigo.
 
                                    
    
* El molde que utilicé era de 22x35
* Con estas cantidades el tiramisú da para 12-15 raciones.                                        
* Si lo haces de un día para otro, queda mucho más rico.
* Si no encuentras el queso mascarpone, lo puedes sustituir por queso blanco de untar.
* Si eres de los reticentes a utilizar huevos crudos, puedes comprarlos pasteurizados.
* Si no tienes Amaretto, lo puedes sustituir por cualquier Vino Dulce, Moscatel, Marsala o Ron Añejo . . . o cualquier bebida espirituosa de tu elección.

 Si no lo has probado, nunca . . . te estás perdiendo un postre delicioso.
           

         Y eso es todo por hoy, nos vemos en la próxima entrada.
Hasta entonces, sé feliz o al menos, inténtalo ! ! !

Caballa En Escabeche Picón

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Esta es otra de las recetas que tengo guardadas en Borradores desde el verano pasado.
Las fotos del paso a paso las eliminé sin querer. Pero bueno, se entiende bien y espero que os animéis igualmente. Merece la pena.
Aunque el escabeche sea un método que se concibió para la conservación de alimentos, hace de esto bastantes siglos, llega hasta nuestros días practicándose habitualmente en muchas de nuestras cocinas. Y no sólo por el gusto de hacer conservas, que también, sino para disfrutar de lo rico que quedan los pescados o carnes, sumergidos en ese líquido tan aromático.


El escabeche que preparo habitualmente es en crudo, no frío los ajos ni ninguna otra verdura. Tan solo cuezo el pescado. Sirve igualmente para hacerlo con sardinas o atún.
Las caballas ahora mismo están muy bien de precio y en su mejor momento. Son fáciles de encontrar en el mercado y si te las llevas limpias para casa, ya tienes la mitad del trabajo hecho.


Las mías son regaladas. {Te lo conté hace poco en ÉSTA receta }. Las trajo mi hijo, que como sabes practíca la pesca deportiva, y tuvo mucha suerte. Ahora te digo los kilos que trajo, y me vas a envidiar un rato, sientate que voy: veinticinco kilos, pesadas en limpio.
Ala ¿cómo se te ha quedado el cuerpo? Cuando lo vi aparecer con semejante botín, no sabía si reír, o llorar. Es que cada vez soy más práctica, y pensaba en el trabajo que me quedaba por delante para organizar semejante festín.


 Esuve servida para una temporada y las prepararé de  muchas formas, para no cansarme y para experimentar también, no voy a negarlo.


Y ésta es una de esas recetas que empiezas a hacer jugando con los ingredientes, vas ajustándolos con el tiempo a base de repetir, y ya la dejas así porque es la que guarda el equilibrio que buscas desde el principio.
Gusta muchísimo y apetece compartir cuando tienes invitados, y si las metes en un bote y las regalas, el destinatario, no sabes cómo te lo agradece.
Vamos al lío, que esto se  hace en un plis plas, aunque tenga tiempo de espera.

  

* En un caldero profundo pondremos abundante agua. Añadimos un huevo y añadimos sal gorda marina, cuando el huevo empiece a flotar y salga a la superficie, paramos. Será la sal justa que necesita nuestro pescado.
* Cuando rompa a hervir el agua, introducimos el pescado y cocemos durante quince minutos a fuego suave.
* Una vez cocidas las caballas, las pasamos a un colador y las dejamos enfriar.

* Ya frías, eliminamos las espinas. Este es el trabajo más pesado, pero se quitan bien, pues la carne ya cocida, queda apretada.
* Utilizaremos un recipiente de barro o uno de cristal para empezar a hacer el preparado. No vale hacerlo en plástico o aluminio.
* Preparamos los ingredientes: Las hojas de laurel las partimos con las tijeras en trozos, al igual que la pimienta picona {sin las semillas}. Los ajos los laminamos finos.
* Vamos a montarlo ya: Primero una capa de caballa, después una de ajos, laurel y pimienta, de nuevo otra de caballa, ajos y laurel....así hasta terminar. Los trocitos de caballa, los utilizamos para rellenar los huecos.

Caballa con todos los ingredientes secos / Mezcla de escabeche / Caballa aliñada con el escabeche / Caballa en reposo.
 * En un cuenco hacemos la mezcla líquida. Siempre utilizo vasos de chupito, para medir mejor. La proporción es así:  1 de vinagre x 1 de vino x 3 de aceite.  Lo mezclo un poco con un tenedor y lo vierto por encima. Si veo que no quedan cubiertas las caballas, vuelvo a hacer la misma proporción y riego de nuevo hasta que quedan sumergidas.
* Llevamos bien tapadas al frigo y dejamos descansar como mínimo veinticuatro horas. Aguanta perfectamente una semana en la nevera, más días no he probado, pues según se termina, voy haciendo más.
Es importante no utilizar cubiertos metálicos cuando vayamos a coger la caballa, siempre de madera o plástico.
     

 Ya lo tenemos listo, en este caso para el aperitivo del Fin de semana. Pero en ensalada, están riquísimas también, de los bocadillos, ya ni te cuento. Y el líquido, ni se te ocurra tirarlo, que para aliñar, es puro manjar.
Por cierto, al no llevar espinas, hasta los protestones se lo comen . . . . y de qué manera.
        

 Ahora os enseño, cómo es la Pimienta Picona Canaria que utilizamos tanto en la cocina, como para hacer el Mojo Rojo.


Como sé que en la península es difícil encontrarla, podéis sustituir el picantito de este escabeche por guindillas. Pero no las troceéis, pues picaría demasiado. De esta forma sólo percibes un suave sabor picante, nada más. 
Al escabeche lo he llamado así, no porque sea picante, sino por el nombre de la pimienta.


Y eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. 
Epero que seas feliz,  o al menos, lo intentes.

** Otra receta con el mismo pescado: Caballa en conserva.

Croque - Monsieur Sandwich

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Hoy traigo otro Sandwich, de los que tengo en mi lista depreferidos.
La primera vez que lo tomé, fue como desayuno tras una larga noche de fiesta. Y me pareció, en ese momento la cosa más rica del mundo.
Evidentemente no es para hacerlo a diario, pero es perfecto si quieres darte un gustazo de vez en cuando. Para un buen desayuno . . . de esos tardíos . . .  de fin de semana . . . o en vacaciones . . . cuando no tienes prisas  . . . repites taza de café mientras lees el periódico . . . y te puedes entretener todo el tiempo del mundo.
Está delicioso y no tardas ni dos minutos en montarlo. Para una cena informal también está genial, lo acompañas de una buena ensalada y sin mucho tiempo en la cocina, todos te harán la ola.
Eso si, cómelo bien caliente, que es como está rico.


Este sandwich goza de fama internacional, pero su cuna es francesa. La primera vez que apareció en la Carta de un Café de París fue en 1.910. Si lo coronas con un huevo frito o a la plancha, pasa a llamarse Croque - Madame, pues recuerda al tocado de las señoras de principios del Siglo XX.
Como todas las preparaciones clásicas, cuenta con innumerables variantes: con mantequilla o sin ella; pan blanco o de semillas; hecho al horno o a la plancha; bañado de bechamel o pasado por huevo batido  . . .
Ésta es la forma que me enseñaron y por mucho que la repito, la encuentro tan rica, que no la cambio.






                                         

- Pon el aceite { o la mantequilla } a calentar, añade la harina y la dejas que se tueste. Como ves yo, prefiero utilizar aceite.
 - Sabrás que está tostada por el olor, verás lo bien que huele.



- Le añades la leche caliente poco a poco y no dejes de mover, sigues añadiendo la leche hasta que veas que tiene la consistencia que quieras. 
- Ten en cuenta que mientras se enfría, va espesando.
- Rectifiamos de sal, y añadimos la nuez moscada. 
- Dejamos enfríar.
                                                                                    

- Pondremos las rebanadas de pan de molde { el MÍO casero} y untamos bien de bechamel.
- Es mejor que esté fría, para que tenga más cuerpo, si consigues una consistencia de queso de untar, para mí esa es la perfecta.

- Repartimos una buena capa de queso rallado sobre la rodaja de pan.
- Turno de la loncha de jamón cocido. Si quieres puedes poner dos, cada  uno a su gusto.
- De nuevo, otra capa de queso rallado.

- Tapamos con la otra rodaja de pan.
- Por la cara externa del pan, untamos generosamente de bechamel.
- Pondremos otra capa de queso rallado.

- Encendemos el horno a 250º, y dejamos el sandwich a media altura durante diez minutos.
- Vigilaremos para ver cuándo está tostado, y listo para servir.
     

Es fácil la receta de hoy ¿verdad?  Espero que te animes, merece la pena.

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días
Espero que seas feliz, o al menos, lo intentes.

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